Lleva prácticamente toda la temporada callado, conteniendo sus ganas de explotar. Hoy Kevin Durant ha dicho basta, y ha dicho también un par de cosas más.
Criticado por su fichaje con Golden State hasta niveles en los que no cabía más hipocresía en el Sistema Solar, hace cuatro días hacía rápido balance del que ha sido su primer año en Oakland y la conclusión a la que llega con éste a punto de terminar: no piensa moverse de los Warriors.
En paz consigo mismo
Nueva ola de críticas y críticos. Y ante esto, Durantula ha querido coger el micro por los cuernos. «Estoy en paz conmigo mismo; estoy en paz conmigo mismo como jugador de baloncesto, y eso es lo más importante», ha dicho el alero recientemente USA Today. «Creo que mi decisión [su fichaje por GSW] y todas las críticas que ha conllevado, no me ha afectado en lo más importante, y es a la hora de jugar al baloncesto, trabajando cada día, mejorando, disfrutando cada día». Durant ha promediado esta temporada regular 25,1 puntos, 4,8 asistencias, 8,3 rebotes y 1,6 tapones en 33,4 minutos de juego. Su nivel no está siendo menos en playoffs.
Kev ha reconocido verse bastante afectado al final del verano y en los primeros compases de otoño, tras tomar su particular The Decision.
Asimilar que un tercio de los aficionados a la NBA —contando el rebaño a ojo— se le echara encima unido al réquiem de adjetivos dignos del tono literario de Valtònyc, no fue fácil para él. Con el transcurso de los meses, se hizo inmune.
Las monstruosas consecuencias
Ha querido, además, defenderse de tal cascada de acusaciones poniendo su decisión en contexto, y valorando las consecuencias reales que ha podido tener su fichaje por los Warriors. Reta al criticón con una serie de preguntas retóricas y una observación final.
«¿Soy yo la razón de que Orlando no haya alcanzado los playoffs durante los últimos cinco o seis años? ¿Soy la razón de que Brooklyn le diera todos sus picks a Boston? Al parecer soy yo la razón de que no sean un buen equipo. No puedo jugar para todos los equipos, así pues, el problema es que dejé una franquicia. Se trata de sólo un equipo que probablemente hubiera sido aspirante [al título]. Un equipo. Yo no podría haber hecho mejor a todo el Este. No podría haber hecho que todo el mundo fuera mejor en el Oeste».