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Los Minnesota Timberwolves caminaban por esta liga sin conocer la derrota. En su tercer encuentro debutarían por fin en el Target Center ante su afición, y para la ocasión estaba preparado todo un homenaje para Flip Saunders. Sin embargo, esta última despedida no pudo ir acompañada de victoria local (106-101).
Los Wolves, rebosantes de confianza por el fulgurante comienzo, tenían ante sí a los Portland Trail Blazers de Damian Lillard, y fue precisamente su estrella sobreviviente quien puso la magia y la calidad para, con 34 puntos, 7 asistencias y 2 robos llevarse la victoria a Oregón y volver a compensar su casillero 2-2.
Tras un emotivo vídeo, que retrasó el inicio del partido media hora, recordando a, desde ya y para siempre, todo un símbolo de la franquicia, los Wolves arrancaron con ganas y el ímpetu de brindar otro triunfo más a su entrenador. El primer cuarto fue todo una muestra de ello en el que se fueron muy arriba en el marcador (34-21).
Sin embargo en el siguiente acto los Blazers no tardaron en igualar la contienda, y todo se resolvería en una disputadísima segunda mitad con un último minuto en el que los árbitros fueron demasiado protagonistas.
El tándem Lillard/McCollum
Aunque era la apuesta de futuro en su backcourt, la pareja Lillard McCollum está funcionando a todo tren mucho antes de lo previsto. Ambos están desatados en este arranque del curso, y si ante los Jazz ya se unieron para anotar 58 puntos, anoche, con los 18 puntos —más 6 rebotes y 4 asistencias— del escolta sumaron un total de 52.
Con un bagaje de cuatro partidos, los números de ambos impresionan: 25,5 puntos, 8 asistencias y 3,5 rebotes para Lillard mientras que McCollum acumula 21, 5 puntos, 5,3 rebotes y 3 asistencias.
Además, ante los Wolves contaron con la ayuda de Al-Farouq Aminu, que se fue hasta los 17 tantos.
Por parte de los locales Ricky Rubio volvió a cuajar una buena actuación en la que olió el triple-doble con 12 puntos, 9 asistencias, 9 capturas y 3 robos. Su referente anotador se personó en un clásico en esas lides, Kevin Martin, quien sumó 24 puntos desde el banquillo.
Andrew Wiggins, tras dos partidos desconocido de cara al aro, llegó hasta los 16 puntos, mientras que Karl Anthony-Towns no decepcionó a nadie con 11 puntos, 5 rebotes y 4 tapones, además de convertir el único triple que intentó cuando el choque estaba más caliente.
La polémica
A falta de cinco minutos para el cierre, los Blazers dominaban por diez. Comenzó pues la heroica local. A falta de 55 segundos y con los visitantes dos arriba, Wiggins realizó un palmeo que los árbitros anulaban por un más que discutible goaltending.
Con el 101-103 todavía fijo en el marcador, hubo salto y, en un envite en el que hubo brazos y agarres por ambos bandos, la sanción cayó en contra de Towns, pulverizándose la última bala de los Wolves.
Los Blazers tratarán de ponerse en saldo positivo mañana ante los Utah Jazz, mientras que los Wolves reciben a los Heat el próximo jueves.