Sucinta reflexión de peso por boca del nuevo MVP, con un claro destinatario a pesar de no pronunciar en ningún momento su nombre.
Ayer no era tarea sencilla prestar atención a otra cosa que no fuera el estampado de su abrigo, pero los que lograron, tuvieron el premio de captar un mensaje de James Harden de cara a la agencia libre de lo más clarificador. «Nos quedamos a medio camino de las Finales. No creo que haya ninguna pieza que debamos traer o quitar. Estamos muy bien como estamos. En lo que deberíamos centrarnos es en ser mejores, mantenernos sanos y seguir haciendo lo que hacemos».
Rockets’ James Harden doesn’t sound like he’s in “Recruit LeBron James” mode: “We were a half away from the Finals. I don’t think there’s a piece we need to bring in or take away. We’re great with what we have.” pic.twitter.com/FuSTrE9tyr
— Ben Golliver (@BenGolliver) 26 de junio de 2018
Razones para mejorar
A ello, La Barba añadió que hay otro simple motivo para creer que los Houston Rockets de 2018/19 serán todavía mejores que los de esta pasada temporada.
Chris Paul, P.J. Tucker, y Luc Mbah a Moute disputaban su primera temporada en el equipo tejano, y por ello Harden entiende que se enfrentaban a su año de aclimatación. Con todo un curso a sus espaldas compartiendo vestuario, pizarra y madera, el escolta cree que los Rockets de la 18/19, con el método D’Antoni totalmente imbuido, superaran al que tan buen sabor nos ha dejado.
Y es que el reto de por sí no es fácil en absoluto. Hablamos del equipo que terminó con mejor récord en temporada regular de toda la NBA, y el que tuvo contra las cuerdas a los Golden State Warriors con la serie 3-2 a su favor. Tampoco podemos olvidar que Paul, su point guard estrella, cayó lesionado en el Game 5, hecho que —podemos debatir— en mayor o menor medida, facilitó la remontada de los de Oakland.
Por todo ello Harden entiende que no necesitan hacer cambios. O lo que es lo mismo. Por todo ello James entiende que los Rockets no necesitan traer al otro James. No necesitan a LeBron.
Listado de renovaciones
Si él, y no Daryl Morey, fuera el general manager, la hoja de ruta de este verano pasaría por jugar con el límite salarial de un modo conservador. Es decir, pagaría la millonada que exige Chris Paul y renovaría también a Trevor Ariza así como a Mbah a Moute.
Tampoco hay que olvidar a Gerald Green, gran papel revulsivo el suyo desde el banquillo, así como la otra pieza capital de su eje ataque/defensa: Clint Capela, quien afronta el mercado como agente libre restringido.
Y a partir de ahí, que diría Freddie Mercury, Show Must Go On…
El clásico ‘si funciona no lo toques’. Algo similar se dijo entonces de los Warriors del primer anillo. Incluso de los subcampeones del 73-9. Entonces llegó Durant. Y todos conocemos las consecuencias del terrible cambio.