La suspensión de Ja Morant está a punto de expirar. Tras ver desde fuera cómo los Grizzlies acumulaban un gran número de derrotas, el base All-Star tiene fijado su regreso a la acción para el próximo martes 19 de diciembre en cancha de New Orleans Pelicans, un día especial en el que dará carpetazo a un castigo de 25 partidos que le ha hecho pasarlo realmente mal.
«Fueron días difíciles, algunos horribles, pero quiero empezar mi intervención dando las gracias por todo el apoyo recibido en este proceso. Es todo en lo que podía apoyarme. Obviamente, el baloncesto siempre ha estado ahí, pero al quitarme eso todo es más difícil. Por suerte, tenía a las personas adecuadas a mi alrededor, desde mi familia hasta la organización y mis otros socios, que me ayudaron», comenta a los medios.
Cuestionado por el aspecto deportivo, en el cual Memphis se encuentra lejos de los puestos de playoffs –y del play-in– con un balance de 6-18, el base tiene claro que pese a no estar en pista, es uno de los mayores responsables.
«Definitivamente tengo algo de culpa por eso aunque no esté en la cancha. Obviamente a nadie le gusta perder, así que nuestro trabajo es salir y conseguir victorias. Asumo toda la responsabilidad por eso, aunque no esté en la cancha. Las decisiones que tomé no me permiten estar ahí para en la batalla con mi equipo», explica.
Realmente lo que más suspicacias ha creado es saber si realmente ha cambiado. El comisionado de la NBA, Adam Silver, ha señalado que el jugador de la organización de Tennessee ha cumplido con todo lo que se le ha pedido. ¿Y qué dice Morant? Pues que es una versión mejorada de sí mismo.
«Honestamente, siento que no puedo dejar de ser Ja. Siento que eso es lo más importante, no perderme, no tratar de ser alguien que no soy o actuar de manera totalmente diferente. El cambio estará en mi toma de decisiones y cómo llevo mi vida diaria como jugador de la NBA, como padre, siendo un modelo a seguir, un hermano, un hijo… Centrarme en eso hará que sea el mejor que Ja puedo ser», recalca.
Cuestión de hechos
Así es. Aunque Morant se sinceró ante los micrófonos y explicó detalladamente cómo se siente ante un regreso que define como «emocionante», no es menos cierto que tras 25 partidos suspendido tiene claro que no serán sus palabras las que cambien la opinión de la gente, sino los hechos. «No puedo hacer que nadie me crea, serán mis acciones las que hablen por mí. No puedo responder a esa pregunta con sólo palabras, ya que probablemente no significará nada para nadie», sentencia.
(Fotografía de Tim Nwachukwu/Getty Images)