Anoche, por primera vez desde su temporada rookie, Klay Thompson salió desde el banquillo. El escolta de los Golden State Warriors está pasando por un momento duro de rendimiento y, especialmente, mental. Por ello, Steve Kerr se sentó con él para discutir su rol como sexto hombre antes de dar el paso. Thompson terminó aceptando y anotando 35 puntos ante los Utah Jazz como líder de la segunda unidad. En gran parte, porque pensó en una de las figuras que mejor representan la ausencia de ego en la historia de la NBA. «Manu Ginóbili tiene 4 anillos y una medalla de oro saliendo desde el banquillo. Y no creo que nadie piense que no debe estar en el Salón de la Fama. Es uno de los grandes de todos los tiempos», apuntó tras el encuentro.
Antes de ello, el escolta también explicó cómo había sido ese encuentro con su entrenador. «tuvimos una gran charla sobre esto y me dijo que podía hacer dos cosas: poner malas caras o salir a la cancha y responder», desveló. «Pagué mi mal partido ante Clippers con entrenadores y asistentes. Me disculpé con ellos antes del partido ante Utah y eso me permitió volver a ser yo mismo sobre la pista».
De momento, es una incógnita si el rol visto ayer será el definitivo para Thompson. Pero si esto sirve para recuperar algo de uno de los mejores jugadores de la última década, bienvenido sea.
(Fotografía de portada de Jed Jacobsohn/Getty Images)