Damian Lillard e Isaiah Thomas son dos de los hombres de moda en la NBA. Con sus 1,91 y 1,75 metros de altura respectivamente están siendo protagonistas de una era plagada de calidad en la dirección y el perímetro en la mejor liga del planeta.
Comandados por los dos mejores entrenadores del mes de febrero —y quién sabe si de la temporada— estos dos «jugones» siguen campando a sus anchas por los pabellones norteamericanos. Blazers y Celtics enamoran y en buena parte sorprenden.
Los de Portland van camino de los Playoffs en el Oeste cuando se esperaba un desierto en su travesía, los de Boston están cómodos en el tercer puesto del Este ignorando plazos medios de recesión; Lillard y Thomas, aunque rodeados por equipos comprometidos y decididos, abarcan buena parte de la culpa de dichas gestas.
Historia en franquicias históricas
Hasta aquí nada nuevo, estaréis pensando que dónde está la noticia. Pues bien, algo de novedad hay: Lillard se convirtió ayer en el segundo jugador de los Blazers en sumar 50 puntos o más en dos partidos de la misma temporada, algo que solo había conseguido Geoff Petrie en la 1972-73.
Thomas, a quien con razón echan de menos en Phoenix, ha logrado ya en este curso anotar 30 tantos o más en ocho partidos, una cifra que había sido inalcanzable en los verdes desde la 2008-09, cuando un tal Paul Pierce iluminaba el TD Garden. Y cuidado porque acabamos de entrar en el mes de marzo y todavía tiene 19 encuentros por delante.
Uno fue con total merecimiento All-Star por el Este, otro por algún motivo volvió a quedarse a las puertas pese a llevar un buen tiempo machacándolas con un ariete que haría las envidias de los reinos medievales más potentes.
Lo que está claro es que Thomas y Lillard son dos jugadores que hacen afición por el basket en general y por la NBA en particular aun estando lejos de los grandes focos que a día de hoy apuntan a franquicias como Warriors, Spurs o Cavaliers.
Larga vida a su baloncesto.