No son los destinos más complicados del mundo, Philadelphia y Nueva York. Aunque a día de hoy no sé qué acera es más sencilla, si la de los Knicks o la de los Nets.
No obstante, confiarse sería un error. El pasado domingo los Nets vencían a sus vecinos con un Jeremy Lin que está de vuelta, y Draymond Green tenía que dar lo mejor de su repertorio en la madrugada del martes para que los Warriors salvaran los muebles ante los Sixers. Boston Celtics es un gran equipo; un muy, muy buen equipo. Pero sin Isaiah Thomas, lo son algo menos.
El base de la franquicia de los de Massachusetts, uno de los dos jugadores de la plantilla —junto con Al Horford— con currículo All-Star, pero indiscutiblemente actual líder de la franquicia incluso bajo susurros de MVP, no será parte de la expedición esta vez. Debido a un hematoma en su rodilla derecha, los médicos han decidido que se ahorre esta gira y guarde reposo. Dos partidos tan asequibles como vitales en el devenir de su equipo en la clasificación.
Apretados en el Este
En Boston no pueden distraerse ni por delante ni por detrás. Mientras buscan el rebufo de los Cavaliers (dos partidos por delante), deben preocuparse de que los Wizards (a 1,5) no les cojan la estela.
Luchar tanto por robarles una, hasta hace poco inimaginable, primera plaza al todopoderoso conjunto de Ohio así como de preservar la suya propia actual del equipo de la capital, merece su dedicación; las ventajas de campo llegadas las eliminatorias, se agradecen anímicamente una barbaridad.
Los Celtics sin Thomas
Los de Brad Stevens llevan disputados 68 partidos esta temporada, de los que su base titular ha jugado 64. En esos cuatro encuentros sin su pequeño genio, el balance no favorece a los Celtics.
El primero fue de maravilla. Ante Orlando Magic, sin los 29,2 puntos de promedio de Isaiah, sus compañeros se las arreglaron para suplirle venciendo por una ventaja de 30 puntos. Luego vinieron tres derrotas; Raptors, Thunder, y Spurs —tres buenos equipos por otra parte— se aprovecharon de la ausencia del point guard para llevarse el triunfo.
Marcus Smart y Terry Rozier se repartirán el protagonismo y algunas de las labores de Thomas durante sus dos partidos de ausencia, y harán todo lo posible por minimizar —olvidar es imposible— esta.