Los Clippers se ponen serios

Necesitaban los chicos de Tyronn Lue un partido así. Tras sufrir una dolorosa remontada ante los Lakers hace días, la consistencia de los Clippers estaba puesta en duda y ahora les tocaba visitar una de las canchas más duras del presente curso, la de los Minnesota Timberwolves. Era todo un reto, algo así como una prueba de fuego. Pues bien, ambos demostraron estar listos para un desafío en el que los angelinos terminaron llevándose un triunfo con aroma a playoffs por 88-89.

Fue un encuentro realmente duro, uno en el que cada canasta se sudaba y en el que las defensas marcaron la pauta de inicio a fin; sobre todo la de unos Timberwolves que empezaron mordiendo hasta el punto de llegar a poner a los suyos 15 puntos arriba en el primer cuarto. Fue una anomalía dentro del desarrollo del choque, ya que los Clippers reaccionaron rápidamente para convertir los tres siguientes periodos en un continuo toma y daca en el que ninguno de los equipos fue capaz de distanciarse.

En la remontada y victoria de los californianos mucho tuvo que ver la actuación de Kawhi Leonard. Dentro de unos 48 minutos marcados por el desacierto de ambos contendientes, el alero fue quien lo vio más claro para terminar cerrando su actuación con 32 puntos, incluyendo una canasta con tiro adicional que resultó decisiva para el resultado final.

«Simplemente teníamos que insistir sin desesperar. Los tiros no estaban entrando por ambos lados. Creo que simplemente fuimos capaces de permanecer concentrados y jugar 48 minutos completos. No estábamos consiguiendo anotar, así que lo único que podíamos haber era poner en dificultades su ataque», comenta un Paul George que aportó 15 puntos.

Lo cierto es que el partido pudo acabar decantándose hacia cualquier lado. Después de que los Clippers lograsen ponerse tres puntos arriba con 13 segundos por jugar, Minnesota tuvo la opción de intentar un triple para empatar el partido. Sin embargo, Karl-Anthony Towns y Anthony Edwards (autor de 27 puntos) fueron incapaces de encontrar una buena situación de lanzamiento y el escolta terminó optando por realizar una bandeja y presionar el saque de fondo del rival. No funcionó y el partido llegó a su fin sin que pasase nada más.

Un partido de otra época

Así fue y así se vivió desde los banquillos. Dureza, faltas, poco acierto en el tiro… El choque entre Wolves y Clippers tuvo mucho del pasado y poco de un presente en el que las altas anotaciones son la tónica habitual del juego. Tyronn Lue lo explica de esta manera. «Este fue un partido de la vieja escuela, de 1985 diría. Me encantó la forma en que seguimos compitiendo y defendiendo en todo momento».

El técnico de los angelinos se fue contento, pero no tanto el de Minnesota. Chris Finch recalcó que debió pedir un tiempo muerto al ver que la última posesión no iba como les hubiese gustado. «Fue un partido duro en el que ninguno de los equipos superó el 40% en tiros de campo, pero a última hora depende de mí. Tendría que haber pedido un tiempo muerto y organizarnos en esa penúltima posesión que tuvimos», concluye.

(Fotografía de Patrick Smith/Getty Images)


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