La afición de los New York Knicks siempre se han caracterizado por ser una de las más fieles de la NBA. Por estar ahí en las buenas y en las malas, en las duras y en las maduras. Pero parece ser que su paciencia se está agotando.
Son muchos los motivos que se han ido sucediendo para incidir en el desánimo actual de la parroquia neoyorkina. El más importante, la desastrosa temporada que viene de realizar su equipo, finalizando con el peor registro de la Conferencia Este (17-65) y penúltimos en el global, sólo por delante de los Timberwolves.
Este podría no ser motivo suficiente para desmoralizar al seguidor knickerbocker, ya que todas las franquicias pasan por épocas de éxitos y contenders seguidas por otras de cuasiobligada reconstrucción, pero la luz en el Madison se ve demasiado lejos al final del túnel.
Es por ello, ha informado el portavoz del equipo al New York Post, que la renovación de los abonos ha sufrido un considerable descenso, cayendo del 92% al 87%, y esos cinco puntos en una franquicia histórica como son los Knicks, es mucho.
Porzinguis, sin ‘hype’ y agencia, sin estrellas
A priori, una gran ciudad con un excelente mercado como es New York debería ser, sólo por esto, lo suficientemente atractiva como para cautivar a más de una estrella durante su paso efímero por la agencia libre. Sin embargo, no ha sido así. Ni la ‘Ciudad que Nunca Duerme’, ni un jugador franquicia como Carmelo Anthony, ni siquiera un coleccionista de anillos como es Phil Jackson han resultado determinantes para convencer a ninguno de los «peces gordos».
Otra forma de relanzar franquicias y reconquistar el entusiasmo de la afición es a través del Draft. Y éste último tenía suficientes piezas de calibre para, cuanto menos, despertar la curiosidad de los fans.
La suerte (y el bombo) quiso, no obstante, que a pesar de sus muchas papeletas los Knicks cayeran hasta el cuarto puesto en el orden de elección. Así, Towns, Russell y Okafor se les escapaban de las manos. Aún seguía quedando un buen puñado de jugadores interesantes, y aunque Kristaps Porzingis era sin duda de ellos, carece, a vista de los norteamericanos, de ese ‘hype’ y esa magia para volver a pegar (de manera inmediata) a los hinchas a sus asientos, estando todavía en el tintero otros nombres como Mudiay, Winslow, Johnson o Booker.
Melo, en horas bajas
La tercera y última variable que podríamos entender que influye en esta pequeña desbandada sería el estado físico e incidencia en el juego de su máxima estrella, Carmelo Anthony. Un habitual top 5 de la liga, viene de una temporada en la que ha sido mermado por las lesiones y ha caído hasta el puesto 15º en la reciente publicación del ranking de Sports Illustrated.
El Maestro Zen y su prolongación en los banquilos, Derek Fisher, están tratando de construir alrededor de su jugador referente una plantilla competitiva capaz de poner en funcionamiento el triángulo ofensivo, convirtiendo su efectividad en victorias. Pero por ahora todo son dudas, las cuales el aficionado traduce en seguir a su equipo…por televisión.
El varapalo económico no debería ser grande, a efecto de entradas, ya que si bien ha descendido el número de abonados, el pabellón debería contemplar su lleno habitual gracias a aficionados casuales o turistas con ganas de experimentar como es una noche bajo los focos del Madison.
Sin embargo el mensaje esta lanzado, y desde la cúpula directiva deberían preguntarse si las cosas se están haciendo bien o no y porqué, los fichajes de Arron Afflalo, Robin Lopez y Derrick Williams, apuntan insuficientes.