Para poder llevar a cabo la incorporación de Markieff Morris, recientemente cortado por los Pistons, Los Angeles Lakers han decidido hacer lo propio con DeMarcus Cousins. El pívot, que llegó a la franquicia durante la pasada agencia libre, no ha podido jugar ni un solo partido en lo que va de temporada debido a una lesión sufrida en agosto, lo que le ha convertido en el elegido para liberar el hueco necesario en la plantilla, según informa Adrian Wojnarowski, de ESPN.
Esto pone prácticamente punto y final a la temporada del ex de los Warriors (si no estaba acabada ya), a quien las lesiones han llevado a una etapa ciertamente oscura de su carrera. Cousins no juega un partido desde el mes de junio de 2019 (el último de las Finales), y hay que remontarse a la 2016-17, cuando fue traspasado de Kings a Pelicans, para verle disputar una temporada completa. Podríamos estar por tanto ante otro talento inmenso al que su físico le impide brillar, y no queda sino esperar a ver qué franquicias deciden apostar por él cuando llegue el próximo verano.
Su regreso era posible
No obstante, pese a que los diagnósticos iniciales auguraban que el pívot no llegaría a jugar para los angelinos este año, las últimas informaciones empezaban a ser un tanto más ambiguas, y había quien incluso pronosticaba que Cousins podría tener apariciones una vez llegados los playoffs. De hecho, el propio DeMarcus realizó una entrevista con David McMenamin, de ESPN, en la que habló de cómo se veía encajando en su posible regreso.
«Tenemos un gran equipo y muchos jugadores muy polivalentes. LeBron va a atraer la atención de todo el mundo en cuanto se mueva, y yo confío en poder anotar mis tiros e incluso puedo ejercer de playmaker aprovechando que tenemos muy buenos tiradores en la pista. El rival puede elegir qué veneno tomar» afirmó.
(Fotografía de portada: Jayne Camin-Oncea/Getty Images)