Los Houston Rockets van camino de firmar uno de los finales de temporada más memorables que se recuerdan. Hace apenas un mes, los texanos sufrieron una derrota en Phoenix que les dejó con balance de 25-34 que les situaba en la 12ª plaza de la Conferencia Oeste a 6,5 partidos de los puestos de play-in, puestos a los que, tras la posterior lesión de Alperen Sengun, parecía imposible que llegasen. 13 encuentros después, sin embargo, los de Udoka se encuentran en una situación muy distinta.
Con la victoria de esta madrugada por 126-132 en Oklahoma City, los Rockets suman 10 victorias consecutivas y 12 en los últimos 13 encuentros, una racha descomunal que los tiene ya respirando en la nuca de los Warriors y soñando con un puesto de postemporada. Con la confianza por las nubes y el rendimiento en el pico más alto del curso, todo parece ir rodado para ellos ahora mismo, y así se encargaron de demostrarlo con un triunfo en una de las canchas más complicadas del Oeste.
No fue un triunfo fácil, eso sí, pero quizás el sufrimiento hable aún mejor de este equipo. Houston supo sobreponerse a un triple de Jalen Williams a falta de 4 segundos que les privó de una victoria que ya acariciaban y mandó el choque a una prórroga en la que evidenciaron aún más resistencia y en la que siempre mandaron. Dillon Brooks demostró en ella su sangre fría con dos triples, Fred VanVleet ayudó a controlar el tempo, y los jóvenes Jabari Smith Jr. y Amen Thompson sumaron su grano de arena tras haber sido fundamentales a lo largo de la noche. Pero sobre todo, el tiempo extra sirvió para poner la guinda a la estelar actuación de Jalen Green.
El excelso mes de marzo del equipo no se entiende sin un Green al que la palabra estelar se le queda corta. Con 37 puntos, 10 rebotes y 7 asistencias dio continuidad a un momento de forma que nadie esperaba ya al menos hasta otra temporada, pues su rendimiento ha dado un salto en el último mes que sería digno de MIP de haber ocurrido en verano. Eligiendo mejor y rematando mejor, Jalen atraviesa sin duda el mejor tramo de su carrera, y de su capacidad para darle continuidad depende un sueño que los Rockets ni siquiera sabían que tenían hasta hace muy poco.
Su tercer cuarto, en el que llegaron 17 de sus tantos, mantuvo a los suyos con vida cuando OKC dio el arreón, y en la prórroga se encargó de cerrar el choque con un triple en step back y una penetración con rectificado a cada cual más difícil. Apoyado por los 25 puntos y 15 rebotes de Amen Thompson, que asumió protagonismo en el último cuarto y fue uno de los héroes del mismo, guio a los suyos a su 37ª victoria del curso, manteniendo viva una de las historias más sorprendentes de este tramo final.
Cabe destacar pese a todo que los Rockets se beneficiaron también de la ausencia de Shai Gilgeous-Alexander, que dejó a los Thunder algo faltos de artillería. Este resultó no obstante ser un problema más teórico que práctico dado el paso adelante de Josh Giddey, que parece haber ido recuperando sensaciones en las última semanas y ejerció de líder con 31 puntos, mientras que Jalen Williams secundó su actuación con 23 tantos y 10 asistencias. Chet Holmgren, por el contrario, no pudo pasar de los 2 puntos tras disputar solo 18 minutos por problemas de faltas.
(Fotografía de portada: Carmen Mandato/Getty Images)