Con Boston habiendo jugado una prórroga la noche anterior, no era de esperar que el duelo entre los dos primeros clasificados de la Conferencia Este de esta madrugada fuese a dar para sacar muchas conclusiones. Pero, ni con este disclaimer, podía imaginarse lo que se vio sobre el parqué del Fiserv Forum.
Los Bucks, que venían de acumular varias derrotas dolorosas, se tomaron el encuentro de manera personal y salieron decididos a mandar un mensaje al resto de la liga. Y vaya si lo hicieron. El cuadro de Adrian Griffin se llevó el duelo por un abusivo 135-102 que se queda incluso corto a la hora de reflejar la enorme diferencia que se vio entre ambos equipos, pues este fue un duelo que necesitó poco más de un cuarto para quedar resuelto y que vio banderas blancas ondear tras el descanso.
La salida local fue absolutamente arrolladora, y el golpe inicial fue tan fuerte que pareció mandar a los Celtics a la lona para el resto de la noche. Milwaukee ofreció su mejor cara en ataque y una completamente nueva en defensa, con ajustes para evitar missmatches y reducir el daño en el pick & roll que hicieron a los de Wisconsin protagonizar los que tal vez hayan sido sus mejores 24 minutos del curso en este lado de la cancha. Ayudados por el esperpéntico 1/15 en el triple de los visitantes en la primera mitad, dejaron a Boston en tan solo 38 puntos al descanso, forzando una de las peores versiones de los de Mazzulla para luego pasarle por encima.
Porque en ataque, por el contrario, el aro parecía hacerse más grande cada vez que los Bucks lanzaban a canasta. Lillard arrancó la noche con un par de triples, Giannis Antetokounmpo le tomó el relevo con su habitual agresividad, y Bobby Portis se coronó con una primera parte magnífica en la que recuperó su versión más letal en anotación. Todo fluía para los locales, que ya han demostrado ser capaces de ser absolutamente demoledores en la mitad ofensiva de la cancha y que en apenas 15 minutos se vieron con 30 puntos de ventaja en el marcador. Y a partir de ahí, todo fue relleno.
Mazzulla se rinde
Al descanso se llegó pues con un 75-38 que no prometía una segunda parte llena de emociones fuertes, ante lo que Joe Mazzulla determinó que sus titulares habían tenido suficiente. A falta de una bandera blanca que ondear, el técnico arrancó la segunda mitad con un quinteto conformado por Payton Pritchard, Sam Hauser, Svi Mykhailiuk, Lamar Stevens y Luke Kornet, dejando claro daba el duelo por perdido y dando a sus hombres más importantes un merecido descanso tras un duro tramo de calendario.
Milwaukee aguantó a sus titulares algo más y dejó que la diferencia llegara hasta los 43 puntos, pero pronto comenzó también a sentar a sus estrellas y a su fondo de armario. Está por ver si este encuentro marcará o no un punto de inflexión para ellos, pero desde luego sí establece un camino a seguir para un equipo que necesitaba una noche así. Y que ha podido comprobar que, aunque las cosas no siempre estén saliendo bien, el potencial está ahí.
(Fotografía de portada: Stacy Revere/Getty Images)