El quinto partido de las Finales del Oeste no fueron 48 minutos más para los Warriors. El equipo entrenado por Steve Kerr se estaba jugando (y aún se jugará en los próximos días) una parte importante de su legado. Los Thunder, pese a un ataque mucho más impreciso que en los dos partidos anteriores en su hogar de Oklahoma, forzaron una batalla épica en cada posesión, resueltos a sentenciar la eliminatoria al primer intento. Y si no lo consguieron fue principalmente por un Stephen Curry que apareció a lo grande en los momentos más calientes del partido, terminando el partido con un 120-111 para Golden State.
RELACIONADO: ¿Curry jugando al 70%? No según él mismo dice
El partido se jugó a un ritmo frenético desde el principio. Los dos equipos jugaron a su estilo, agresivos y sin pensárselo demasiado de cara al aro. En las primeras escaramuzas, eso sí, fueron los Warriors los que andaron más insprados. Kevin Durant y Russell Westbrook se combinaban para un nada brillante 4/18 en tiros de campo en el primer cuarto. Para mayor problema, Golden State encontraba a dos secundarios espléndidos para descargar de trabajo a sus estrellas: Andrew Bogut y Marreese Speights.
El pívot australiano firmó su mejor partido de estos Playoffs, una roca en defensa y brillante a la hora de finalizar en el aro de Oklahoma City. Su presencia anuló incluso el intento de Billy Donovan de romper el partido con un cinco bajito. El dominio en la pintura de Bogut no lo permitió. Por su parte, Speights fue el perfecto microondas desde el banquillo, manteniendo la constancia anotadora y la conexión con el ruidoso público del Oracle Arena en los momentos de descanso de Stephen Curry y Klay Thompson.
Durant y Westbrook, demasiado solos
Las dos estrellas exteriores de Golden State sumaron un 5/17 en triples, pero lo compensaron perfectamente en sus entradas a canasta. Los problemas de Oklahoma City para defender su zona fueron una constante durante todo el partido, pese al incansable esfuerzo de Durant y Westbrook por remontar. Esta vez, pero, no tuvieron una compañía tan brillante de jugadores como Dion Waiters (0 puntos) o Steven Adams (8) como en partidos anteriores.
Aún así, Oklahoma City nunca se rindió, luchando por cada balón y encomendándose a la inspiración de sus líderes para mantenerse a tiro de Golden State. Un brillante inicio de último cuarto de los secundarios de Golden State, especialmente Marreese Speights, abrían un colchón de 10 puntos para los Warriors, pero insuficiente para celebrar nada. El esforzado intento de remontada de los Thunder, eso sí, acabaría encontrándose con el MVP.
Sin la mano caliente de otras ocasiones, Curry fue agresivo. Pese a sus problemas físicos, sus entradas a canasta fueron cuchillazos para Oklahoma City, e incluso en defensa fue decisivo para controlar las réplicas de Russell Westbrook. Pero su importancia fue más allá del juego. La motivación de un partido a vida o muerte era visible en Curry, quien pidió y obtuvo la respuesta del público en varias ocasiones. Oklahoma Ciy lo dio todo, pero no fue suficiente en la Bay Area. Eso sí, quizás lo pueda ser en dos días con el ambiente a favor.
Pese a no pasar del 40% de acierto, Kevin Durant (40 puntos) y Russell Westbrook (31 puntos, 8 asistencias, 7 rebotes y 5 robos) cargaron con el peso anotador de Oklahoma City, solo ayudados a rachas por Serge Ibaka (13 puntos) y un sorprendente Anthony Morrow (10 puntos). Por los Warriors, Stephen Curry acabaría con 31 puntos por 27 de Klay Thompson, y con una mención especial para los espléndidos momentos de Andrew Bogut (15 puntos y 14 rebotes) y Marreese Speights (14 puntos en 8 minutos)