Houston dio un importante paso al frente en la campaña 2023-24, pero no suficiente para estar finalmente en la pelea por ser equipo de playoffs. Quizás no fue el final deseado, pero no por ello quedó borrado un camino con le que dejaron claro que el plan es competir desde ya. En relación a eso, y dentro del grupo de buenas noticias, saben ya que de cara al curso venidero contarán con un importante refuerzo en la figura de Tari Eason, jugador que sólo pudo disputar 22 partidos el último año a causa de las lesiones.
El joven jugador de la franquicia de Texas no pudo jugar desde el 1 de enero por una dolencia en la tibia, necesitando cirugía para tratar un crecimiento benigno en la parte inferior de su pierna. Fue un proceso que implicó «extirpar la lesión y realizar un injerto óseo junto con la inserción de una varilla intramedular en la tibia para ayudar a acelerar la curación». El proceso fue exitoso, pero no por ello Eason sufrió menos.
«Fue un momento duro. Nunca he lidiado con una lesión grave ni nada que me haya mantenido fuera del baloncesto durante un largo período de tiempo. Fue duro para mí mentalmente, pero tenía a las personas adecuadas a mi lado, dándome energía buena y positiva y pidiendo por mí. Eso me ayudó a mantenerme firme durante el proceso», comenta a Kelly Iko de The Athletic.
Elegido en el puesto número 17 del draft de 2022, Eason tuvo una fantástica campaña de novato en la que jugó los 82 partidos para promediar 9,3 puntos, 6,0 rebotes, 1,1 asistencias y 1,2 robos en 21,5 minutos. Ahora, tras un segundo año que se tornó en pesadilla, espera estar listo para el training camp.
«Me siento bien. Siento que estoy cerca del cien por cien. Me has podido ver saltando, corriendo y machacando el aro. Para ser honesto, me siento bastante normal. Realmente se trata de hacer que todos los movimientos vuelvan a donde estaban», finaliza.
(Fotografía de Carmen Mandato/Getty Images)
