Tras el susto de Morant, ¿se reabre el debate de las cámaras de línea de fondo?

Hace cinco años ya (ha llovido, a pesar del GWP), publicamos en esta misma web una noticia muy esperada por muchos jugadores; especialmente por aquellos enamorados del aro y de atacarlo con velocidad y voracidad… pues eran los que más peligro corrían siempre en las décimas de a continuación.

El precio del consumidor

Las estrellas de la liga cobran lo que cobran, muy en parte, por el dinero que genera la gente que los ve. Y la mayoría de esa gente los ve a través de pantallas, ya sea de televisión, tablets y otros dispositivos móviles.

Y no sólo los ve en vivo, sino en resúmenes post partido, highlights y montajes que se viralizan durante días y semanas y son reproducidos una y otra vez en tomas espectaculares recogidas desde cinco-seis ángulos distintos… frontales, cenitales, laterales, oblícuas… y el plano que más le gustaría a Tarantino: el contrapicado desde el mismo suelo del parquet. Y para obtener una toma así, enfocando casi las suelas de las zapatillas de los jugadores en elevación… hay que estar cerca. Muy cerca.

De este uróboro ninguna escama es prescindible si los jugadores no quieren que se pierda parte de la crema(tística) del pastel. La espectacularidad se paga, y se paga muy bien, además. Es por ello que estos entienden que una hilera robusta y apretada de cámaras con las piernas cruzadas en los laterales de la canasta, es imprescindible para capturarlos, héroes congelados, en el frenesí de la acción.

Y es también por ello que, en lugar de pedir o exigir su extirpación en pos de su seguridad, se conformaron hace un lustro con que, al menos, se fortaleciesen las medidas para reducir el peligro. ¿Cómo? Ensanchando las distancias.

Entonces fue George… y ahora Morant

El detonante entonces no partió desde la prevención, sino desde la reacción. ¿Recordamos la aparatosa y brutal lesión de Paul George en aquel amistoso con los Estados Unidos, donde tibia y peroné giraron bruscamente como una pieza de tetris? Cómo olvidarlo.

Pues fue entonces cuando la NBA actuó, y acordó aumentar el espacio obligatorio que debía haber entre las líneas de fondo y los medios de prensa, así como reducir el número de fotógrafos habilitados en esta zona. Además, la nueva normativa incluiría una separación extra que aumentaría en un pie de distancia —30 centímetros más— anteriormente establecida.

Y ahora, tras la penetración y caída del novato de los Grizzlies, Ja Morant, por la que impactó con un cámara y se lesionó en la espalda (a raíz de lo cual se ha perdido cuatro partidos), el debate vuelve a estar en la palestra, por iniciativa y boca del propio point guard.

«Es duro, porque sé que tendré que controlar más mis saltos a partir de ahora», ha explicado Morant para Yahoo Sports. «Pero al mismo tiempo intento no pensar en ello y centrarme sólo en mi juego. Pero, honestamente, es una situación que va a estar ahí».

Y a continuación se posicionó en favor de lo que, en este juego de poder (salud-ingresos), cree que es más importante. El profesional y su integridad física. «Creo que la seguridad de los jugadores debería ser lo primero y principal. Personalmente, me gusta atacar el hierro, y ahora tengo la sensación de que cuando lo ataque no habrá un lugar seguro donde aterrizar».

(Fotografía de Michael Reaves/Getty Images)


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