Sí, en la misma noche que Joel Embiid ha logrado la espectacular marca de 70 puntos, ha llegado Karl-Anthony Towns para convertirse en historia viva de Minnesota Timberwolves al conseguir 62 puntos; es decir, la mejor marca para un jugador que haya vestido la camiseta de la organización de Minneapolis.
El encuentro del pívot fue descomunal, pero en cierto modo quedó empañado por un último cuarto en el que los locales se vieron superados 18-36 por Charlotte Hornets para terminar perdiendo 125-128. Towns, quien logró hasta 44 tantos en la primera mitad, bajó el ritmo en la segunda y en los 12 minutos finales sólo consiguió 4 puntos con un 2 de 10 en tiros de campo. Tuvo el empate con un triple en la última posesión, pero falló. Un mal cierre para un partido que ya es historia de los Wolves.
«Tener una noche como esa después de una derrota no se siente muy bien ni histórico». Así se ha expresado Towns al terminar el choque. Pese a conseguir un 21 de 35 en tiros de campo, incluyendo un increíble 10 de 15 en triples, el pívot se marchó enfadado de la cancha, y es que lo que parecía sería una fiesta perfecta para el equipo y él se terminó transformando en algo muy distinto, casi diríamos que en una pesadilla.
Donde sí había satisfacción era en los Hornets. Tras sufrir durante muchos minutos a Towns, supieron levantarse para terminar logrando un espectacular triunfo. El novato Brandon Miller logró 27 puntos, mientras que Miles Bridges fue el máximo anotador con hasta 28 tantos. Así explica el alero lo vivido sobre el parqué.
«Afortunadamente, Towns comenzó a desaparecer al final. No hay mucho que puedas hacer con un jugador de esa altura que puede lanzar el balón tan bien como él. El final ha sido duro para él. Obviamente, está teniendo una gran noche y quieres ganar ese partido, pero al mismo tiempo es un juego de equipo, así que tuvimos que estropearle un poco la noche. KAT es un gran jugador, pero fue nuestra noche», sentencia.
Sin victorias morales
Towns acabó derrotado tanto física como mentalmente. Según informa ESPN; es la 21ª vez en la historia de la NBA que un jugador anota 60 o más puntos para terminar perdiendo un partido. El pívot no pudo esconder su enfado.
«No hay victorias morales. Eso estaba bien cuando teníamos 15-30 en temporadas anteriores… Pero somos el número uno del Oeste, uno de los mejores equipos de la NBA. No hay tiempo para victorias morales ni aspectos positivos. Fue una gran noche, pero no tuvo el final que queríamos. Tenemos que encontrar una manera de ganar. Se trata de ganar el partido. Se trata de seguir siendo el número uno en el Oeste. Se trata de defender mejor nuestra cancha, lo más importante por encima de todas las cosas», finaliza.
(Fotografía de Maddie Meyer/Getty Images)