Unos Warriors inflamados medirán el nivel de mejoría de Houston

Esta noche de jueves, en la corta jornada de la NBA, con solo tres encuentros, uno de ellos destaca sobremanera. Será el Rockets-Warriors, donde los de Steve Kerr medirán el nivel de mejoría de Houston. Ambos planteles no se miden desde las Finales del Oeste 2018, ganadas por los de Oakland (4-3).

Contexto alterado en Golden State

La derrota del pasado lunes en Los Angeles, contra los Clippers y en la prórroga, trajo malas consecuencias para el vestuario de Golden State. Una pérdida de balón de Draymond Green en la última jugada del tiempo reglamentario enfadó a Kevin Durant, que pensaba que el tiro debía ser suyo y así haber tenido más opciones de evitar el tiempo extra, donde finalmente cayeron los Warriors. La refriega verbal entre ambos jugadores fue intensa, con acusaciones de Green sobre el futuro de Durant y quejas de su actitud con respecto a la agencia libre, ya que KD siempre deja cada estío abierta una puerta a no seguir en GS. Todo ello se saldó con una sanción a Green de un partido de suspensión, contra Atlanta, y sustraído de su nómina el sueldo para ese encuentro, unos 120.000 dólares. Los Warriors, con diligencia, explicaron públicamente todo lo sucedido.

Veremos si saldado significa solucionado, aunque la fractura que se ha podido ocasionar en el vestuario de los Warriors quizá sea su peor enemigo en la carrera por otro anillo más.

Los Rockets, sin Anthony y en ascenso

Carmelo Anthony presumiblemente jugó su último partido con Houston el pasado jueves, ante los Thunder. Desde entonces, y de forma oficial, está fuera del plantel por enfermedad, pero lo cierto es que todas las informaciones de los últimos días apuntan a que su corta estancia en Texas está finalizada. Los agentes del jugador ya le buscan destino, con los Lakers de LeBron James como el plantel más sonoro de entre los candidatos.

Desde que está fuera Melo, quien ni mucho menos era el culpable de todos los males de los Rockets pero sí un ejemplo de que las cosas no iban bien, Mike D’Antoni suma 2-1 de balance, con triunfos importantes ante Indiana y ante Denver.

Esta noche, en casa, donde solo han obtenido un triunfo en la 2018-19 (Pacers), los Rockets miden su mejoría ante el que es su rival más potente de todo el Oeste, unos Warriors sin Stephen Curry y con récord de 12-3,  líderes de la conferencia.

Houston, con un balance de 6-7, tratará de llegar al 50 por ciento de victorias, cota que solo han alcanzado una vez en la campaña (1-1). Los Rockets, además, nunca han estado en balance positivo desde que todo arrancara ahora hace un mes. Las buenas noticias es que han recuperado al mejor James Harden, quien destrozó a Indiana con 40 puntos y luego firmó un último cuarto estelar contra Denver. Los playoffs, de momento, a 1,5 partidos, que es la distancia que les separa a los texanos de los octavos y sorprendentes Kings.


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