Utah no se fía del calendario: «Es la NBA; cualquiera puede perder contra cualquiera»

Lo hemos repetido por activa o por pasiva. Os lo adelantaba en su columna de diciembre Sergio Andrés y os lo volvía a recordar, por si acaso, en enero. De quedar algún despistado, José Sáenz de Tejada se lo tatuó en el hipotálamo hace menos de un mes.

Los Utah Jazz contaban, a partir de año nuevo, con el calendario más gentil de casi toda la liga tras haber logrado sobrevivir al fuego y a la muerte. Encaraban la segunda vuelta fuera de los playoffs pero oteándolos de cerca; sin perder de vista la estela.

Y como hace un año, en Salt Lake City quitaban los topes al motor justo a tiempo, para jugar desde ese instante lanzados y embravecidos. Su objetivo cambiaba en cuestión de semanas; de aferrarse al octavo puesto a pensar, de nuevo, en el podium del Oeste. Tal era la racha de juego y resultados.

Dos derrotas ‘que no tocaban’

Sin embargo, el aura de invencibilidad se ha atenuado un poco. Desde el All-Star el balance es bueno (5-3), pero podría ser mejor. Pues de las cuatro últimas derrotas, dos eran de las catalogadas como evitables. Caer ante GSW y OKCN entra dentro de lo calculado. Hacerlo ante dos claros lottery teams como Grizzlies y Pelicans, no.

El caso Memphis

Lo de Utah y Memphis esta temporada es de miga. Los de Tennessee han sido su piedra en el zapato. El equipo inadecuado en el momento inoportuno. Balance de 3-1 en contra. Las dos primeras derrotas vinieron justo a comienzo de la temporada, con Memphis arrancando el curso con energía y vendiendo el regreso, en trampantojo, del grit and grind.

La tercera fue anoche; más rara aún. Desde la salida de Marc Gasol (Valanciunas y Wright a cambio, con Parsons de vuelta y Conley en estupendo estado de forma), los Grizzlies, aunque tarde, vuelven a jugar y a hacerlo bien.

Y Utah, a pesar de ir en una holgada sexta posición, no se permite relajarse. Tienen a Lakers y Wolves a siete partidos y los Kings a cinco. Estos últimos, reacios a rendirse.

«Esto es la NBA. Cualquier equipo puede perder contra cualquiera en una noche determinada. Lo más importante es cómo reaccionas ante ello», ha dicho el pívot titular de los Jazz, Rudy Gobert.

A los de Quin Snyder les restan 17 partidos, de los cuales 13 son frente a equipos que, hoy por hoy, militan fuera de playoffs. A priori, un paseo. A lo largo de la temporada, el equipo presenta un registro de 19-8 ante rivales de este perfil.

Clasificarse ‘bien’

Aunque la preocupación, rebajando el sentir hipérbole, sí tiene su razón de ser si se cambia el enfoque: clasificarse para playoffs en un buen puesto, evitando así, cuantos más cocos (OKC, Nuggets, GSW… Blazers) mejor.

Y según Snyder, muchos de esos rivales que tienen por delante son de la misma clase que lo eran ellos dos años atrás. Equipos underdogs… tapados.

«Todos los equipos tienen una dinámica diferente. Esos partidos en los que supuestamente debes ganar sí o sí, no los compro en absoluto, porque cada uno de ellos supone, a su manera, un desafío único. Esos jugadores que juegan sin nada que perder, pueden ponerte en un apuro, así que nosotros tenemos que generar ese sentimiento de «necesitamos ganar esto… debemos ganar este partido», ha reflexionado el técnico para Deseret News.

Oklahoma, Phoenix (fuera) y Minnesota son los tres próximos rivales de Utah. Los Suns vienen de ganar en Dallas y los Wolves dieron el otro día la sorpresa ante los Thunder. Y ya lo dice Gobert; aquí cualquiera puede ganarte en una noche tonta.

Dato. El retorno de Dante Exum, baja desde principios de enero, está fechado para dentro de una semana aproximadamente.

/Fotografía de portada de Chris Gardner/Getty Images)


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