En cuanto concluya la jornada de esta noche, entraremos en periodo de receso por el All-Star; los Houston Rockets jugaron (y perdieron) anoche ante los Timberwolves, a pesar de contar ya con el tándem Paul-Harden, y no volverán a enfundarse el uniforme competitivo hasta el próximo 19 de febrero. Suficiente para que regrese el tercero: Clint Capela.
El pívot suizo lleva semanas entrenando en solitario a un ritmo casi normal, tras el parón obligado por la fractura en su dedo pulgar de la mano derecha en un encuentro ante los Magic, el pasado 13 de enero; desde el lunes que viene se espera que se reincorpore, como uno más, a los workouts del equipo.
«Este será probablemente el último partido que juguemos sin Clint», pudo decir Mike D’Antoni para el Houston Chronicle en los prolegómenos del Rockets-Timberwolves.
Racha y sustitutos
En total, y si se confirma esta buena noticia, habrán sido finalmente 15 los partidos que se ha perdido de manera consecutiva el center, periodo en el que Houston presenta un balance de 9 victorias y 6 derrotas.
Para tratar de paliar su ausencia, durante el mercado invernal se hicieron con Kenneth Faried, un jugador olvidado en Brooklyn y que, fruto de una situación de extrema necesidad, ha vuelto a la vida. Habrá que ver cuánto descienden sus minutos con el regreso del kaiser de la pintura en Texas.
Capela, que arrancaba la temporada con el singular deseo de ser All-Star, algo difícil y que se vio definitivamente truncado con su lesión, promedia en sus 42 partidos disputados presente curso 17,6 puntos, 12,6 rebotes y 1,8 tapones en 34,2 minutos.
(Fotografía de portada de Bob Levey/Getty Images)