«Estoy agotado, tanto mental como físicamente». Fueron palabras de LeBron James acto seguido de perder, en el último suspiro, muchas posibilidades de pelearle el título 2017 a los Warriors. El arreón final del conjunto de la Bahía inundó a unos Cavaliers que se vieron con opciones de igualar la eliminatoria antes de volver a California. Pero todo se torció y Golden State está ahora a un paso del título (3-0). La cara de James y de los Cavs ha cambiado a unas horas de la primera noche con posibilidad de cierre —»tenemos muchas ganas de este partido», ha dicho sobre el Game 4—; pero ¿habrá sido suficiente poco más de un día para resetear cuerpo y mente en Cleveland?
El golpe de los Warriors fue virulento. Los Cavaliers han sido capaces de ir recortando diferencias según han pasado encuentros pero siempre han caído ante su rival en las presentes Finales. Juega también en contra de los Cavs que nunca un 3-0 ha sido remontado por ningún equipo que empezase la serie final con legañas. Es más, solo una vez se levantó un 3-1 y fueron, el curso pasado, precisamente estos Cavaliers de LeBron James.
Los Warriors quieren acabar cuanto antes. Pasar a ser el único equipo que completa unos playoffs perfectos —16-0 — y de paso situarse por encima de cualquier equipo histórico es un premio demasiado goloso. En caso de cerrarse las Finales esta noche, en el Game 4, sería el noveno 4-0 en una ronda por el título. El tercero desde el año 2000. Hace diez temporadas, casualmente, los Cavaliers del primer LeBron caían por tal diferencia ante San Antonio.
LeBron y su descanso
Y, también de manera casual, si los Warriors cierran esta noche las Finales, será la tercera vez en tres años, todos con los actuales protagonistas, que el título se reparte en casa del equipo perdedor.
En un nuevo partido serio, físico y sin intermitencias bailan las posibilidades de los Cavaliers. Como el miércoles pero con más fortuna en los instantes decisivos. Quieren al menos no ser barridos, mucho menos en casa. Para ello, necesitan al mejor LeBron y a todos los efectivos con el fusil dispuesto, aunque la nota diferencial siempre es James. El miércoles jugó 46 minutos —solo descansó dos— y con él en pista Cleveland sacó un +7 de marcador relativo; y en los (SOLO) dos minutos que descansó, los Cavs fueron un pelele de -12, como se hizo eco el periodista Zach Lowe. Absolutamente nada que reprochar al líder de los Cavs.
También decisivo será el nivel de cansancio de James en el último cuarto, donde hasta ahora solo ha anotado 11 puntos (36% en tiros) en los tres primero choques; por los 31 (67%) que ha ejercido Kevin Durant. Si el signo de las Finales termina favoreciendo a Golden State, el MVP parece destinado al alero ex de OKC.
Pura historia
Ya lo mencionamos antes del partido del miércoles. Asistimos —una vez más esta noche— a una representación histórica. No solo son unas Finales de la NBA.
El mayor dominador de la era actual de baloncesto quiere no ser engullido por la procesión mejor afinada en muchos años, puede que décadas. Las Finales 2017 entre Warriors y Cavaliers, o la mayor colisión de estrellas de la actual era. Quizá, solo ganando un encuentro, LeBron reafirmaría su trono individual por varios meses más. Una sola cruzada contra el nuevo tirano espiritual desde este último año.