Seis segundos por jugarse y el marcador empatado a 110.
Es el momento de Andrew Wiggins, quien tendrá la última posesión de su equipo y probablemente también del partido. Decide internarse a canasta, buscando alguna bandeja o tiro más cercano que uno de tres.
Su llegada a la pintura acaba con falta, aunque los jugadores de Pelicans no pararon de pedir que se trataba de falta en ataque. Tras hacer la consulta, los árbitros decidieron darle los tiros a Minnesota, y Wiggins no desaprovechó la ocasión.
Convirtió los dos lanzamientos y le dio el triunfo a los Timberwolves por 110-112 en New Orleans.
Gran remontada
La ventaja que construyeron los Pelicans se fue al traste cuando Karl-Anthony Towns apareció en escena. El rookie despertó a los suyos con su intensidad (y sus mates en contraataque) y alcanzaría la nada desdeñable cifra de 30 puntos y 15 rebotes, mientras que Zach LaVine tendría otros 25 tantos.
«Fue un gran esfuerzo colectivo», dijo Towns. «Podríamos habernos rendido en cualquier momento, pero hemos seguido luchando. Eso es lo que le da ese sabor tan satisfactorio a esta victoria».
Lesión de Davis
Los Pelicans tuvieron que jugar sin Anthony Davis, lesionado en un dedo del pie en el calentamiento del partido. Así, Eric Gordon y Ryan Anderson cobrarían relevancia en ataque, yéndose hasta los 31 por barba.
«Obviamente me voy decepcionado. Davis es uno de los mejores jugadores de la liga y quería jugar contra él, entrar en batalla y que pudiéramos competir», añadió Towns.