La franquicia texana prefiere traspasar al jugador antes que cortarlo. Igualmente, necesitan hacer un hueco este lunes para la llegada de Kenneth Faried
En cuanto este lunes Kenneth Faried salga de los waivers, tras su buyout con los Nets, y se convierta en agente libre, firmará con los Rockets hasta el final de la temporada. Para que ese movimiento se complete, Houston, con 15 jugadores en su plantilla con contrato estándar, debe dar de baja a uno de ellos para no superar el límite de efectivos que marca la NBA.
En ese sentido, Carmelo Anthony, apartado del equipo desde noviembre, no parece ser el elegido. El veterano anotador tiene un contrato por 2,3 millones de dólares y sigue en nómina de la entidad. Según apunta Adrian Wojnarowski, para ESPN, la idea de los texanos es apurar hasta el 7 de febrero, fecha límite de traspasos, para intentar incluir a Melo en alguna operación. Traspasar a Carmelo sigue estando por encima de la posibilidad de cortarlo.
Houston, pagador del Impuesto de Lujo, tiene un camino más sencillo económicamente hablando para dar cabida a Kenneth Faried. Señala Woj que ahora mismo el plan de los rectores es cortar a James Nunnally, que el 16 de enero firmó un acuerdo por 10 días y 76.236 dólares. Si los Rockets prescinden del exterior antes de que cumpla ese acuerdo temporal, le deberán abonar igualmente toda esa cantidad de dinero, algo siempre menor a lo que deberían afrontar por echar a Carmelo.
Nunnally, despedido de los Wolves el 7 de enero, rechazó ir a Europa para apurar sus opciones en la NBA. Ha jugado dos partidos con Houston, contra los Lakers anoche y contra los Nets el miércoles, donde echó una mano y en 25 minutos firmó 9 puntos, con presencia importante en los tramos finales. Sin embargo, la recuperación de Eric Gordon unida a la llegada de Faried pueden sellar su salida definitiva.
(Fotografía de portada: Harry How/ Getty Images)