Llegar a las Finales del Este, siendo eliminados en cinco partidos por Cleveland, no parece suficiente para Boston. Incluso con el caramelo de elegir en primer lugar en uno de los drafts más potentes de los últimos años, los Celtics miran al mercado como una oportunidad de convertirse en un candidato de pleno derecho al campeonato. Con los puestos exteriores presumiblemente bien cubiertos, reforzar el resto de posiciones es la prioridad número 1.
Buscando refuerzos
Según CSN New England, los Celtics se concentrarán este verano en añadir a un jugador de «frontcourt» (lo que en inglés engloba a aleros, ala-pívots y pívots) de nivel All-Star para la próxima temporada. Un objetivo comprensible tras lo visto en 2016-17. Mientras Isaiah Thomas y Avery Bradley firmaban las mejores temporadas de sus carreras en los puestos de base y escolta, Boston sufría seriamente por dentro del arco.
En temporada regular, los Celtics fueron el cuarto equipo que menos rebotes capturó por partido (42,0), el 8º que menos anotó en la pintura (41,8 puntos) y el 6º que menos anotó en segunda oportunidad (11,2 puntos). Un lastre importante para un equipo que aspira a volver a ser el mejor de la NBA. Si bien su pívot titular, Al Horford, brilla en otras categorías del juego (con 5,0 asistencias, lideró a los jugadores de su posición en temporada regular), en otras no ha aportado el músculo necesario.
Objetivos de riesgo
Con el dominicano siendo indiscutible por jerarquía y contrato (está atado al menos hasta 2019 por el máximo salarial), el objetivo de los Celtics apunta a reforzar las posiciones de 3 o de 4. En ese contexto, dos potenciales agentes libres sobresalen por encima de todos: Gordon Hayward (Jazz) y Blake Griffin (Clippers). En ambos casos, eso sí, esperando al trámite de que renuncien a su último año opcional de contrato con sus respectivos equipos.
El problema en ambos casos es que ninguno parece capacitado para dominar la pintura. Hayward, pese a haberse prodigado más en el puesto de «4» esta temporada, no es en ningún caso un interior natural. Mientras tanto, Griffin ha evolucionado su juego cada vez más lejos de la zona restringida, reduciendo progresivamente su producción reboteadora y finalizadora por encima del aro, dejando esas tareas a DeAndre Jordan en los Clippers.
Deberes para el verano
Y si bien ambos jugadores serían sólidas adquisiciones para descargar de responsabilidad ofensiva a Isaiah Thomas, ninguno parece capaz de corregir el problema de rebote de los Celtics. De entre los agentes libres que saldrán al mercado, solo queda otro interior con nivel de All-Star, curiosamente viejo conocido de Al Horford. Tras decidir no acogerse a su opción de jugador, Paul Millsap estará también en el mercado. Pero, de nuevo, no parece una gran solución. Con Millsap y Horford de pareja interior, Atlanta era un equipo habitual de los 10 últimos puestos de la liga en rebotes.
Sin un pívot en el draft capaz de competir con la talentosa camada de exteriores que llega, las opciones son escasas para que Boston pueda traer a un jugador interior capaz de corregir las carencias del equipo y a la vez dar un salto de calidad importante al equipo para, al menos, competir de tú a tú con los Cavaliers de LeBron James. En las expertas manos de Danny Ainge quedará cumplir ambos objetivos este verano.