Lo que parecería en otra franquicia un retoque en el cuerpo técnico puede ser un motivo más de enfrentamiento dentro los Knicks. Según el New York Daily News, la franquicia ha decidido no retener al asistente Josh Longstaff, quien había ejercido como entrenador para el desarrollo de jugadores desde 2010. Su trabajo le había hecho ganar el respeto de varios de los jugadores jóvenes del equipo, muy particularmente de Kristaps Porzingis.
Más que un asistente
La relación con Longstaff era tan cercana que el jugador quiso seguir trabajando con él en verano. El entrenador tenía previsto incorporarse al cuerpo técnico de la selección de Letonia para el próximo Eurobasket, trabajando de forma cercana con Porzingis. Pero esta relación no fue suficiente para conservar su puesto en los Knicks. Su trabajo también ayudó a la mejora de otros jugadores jóvenes como Willy Hernangómez y Ron Baker en la última campaña, y con Langston Galloway en la anterior.
Eso sí, no jugaba a su favor haber llegado de la mano de Derek Fisher, con quien coincidió en su última etapa como jugador en Oklahoma City. El fin de la etapa de Josh Longstaff en los Knicks no hace más que complicar la relación entre Kristaps Porzingis y los Knicks, cuyo punto álgido llegó a final de temporada regular cuando declinó reunirse con los responsables deportivos de la franquicia, incluyendo el presidente Phil Jackson.
De mal en peor
Esta semana, el hermano y representante del jugador, Janis Porzingis, se reunió en persona con Phil Jackson para discutir la situación de Kristaps en el equipo. Si bien no se filtraron los detalles de la conversación, si lo hizo la frialdad que aún persiste por parte del ala-pívot y su entorno hacia los Knicks. Más de un mes después del final de la temporada regular, no hay todavía ninguna señal de que su situación haya mejorado. El despido de Josh Longstaff difícilmente ayudará a hacerlo.