Richard Jefferson se hizo un nombre en la NBA a golpe de estadística, y se ha perpetuado a golpe de intangibles. Independientemente de lo que dijera su boxscore —que no era malo en absoluto—, es por todo lo que escapa a esas filas y columnas plagadas de porcentajes, por lo que en Cleveland le echarán tanto de menos.
Cayó en la criba final, en la definitiva. Muchos lo han visto como una traición, pues una de las principales razones por las que Jefferson, tras engarzarse por fin el perseguido anillo, aplazó un par de años más su retirada, fueron los Cavaliers; fue su vestuario. Es un sentimiento de ida y vuelta y que ha personalizado Kevin Love a través de unas líneas en su cuenta de Instagram.
«¡¡El Triángulo nunca volverá a ser lo mismo!! Es muchísimo lo que puede decirse de R.J… pero lo cierto es que nunca hubiésemos podido celebrar nuestro campeonato de 2016 sin su aportación y sin todo aquello que aportaba cuando saltaba la cancha. Sus intervenciones siempre mejoraron al equipo. Si, a veces podía ser un p*to idiota, pero era una pieza capital en hacer de nuestro equipo una familia. ¡¡Voy e echar de menos ir a la guerra contigo y meternos con Channing!! ¡¡Fraternidad!!»
Jefferson ha prestado un gran servicio a los Cavs durante su estancia, demostrando que a los 37 el físico todavía no le ha abandonado; mucho menos la entrega y las ganas. Capaz como los mejores de alzar el vuelo en ataque como de no despegarse atrás de su presa. No muchos de los que se quedan defienden al forward rival como lo habituaba a hacerlo Jefferson.
Pero fue de puertas para adentro donde el alero se ganó el cariño de todos. Y en un equipo sobrado de talento, quizás esa virtud, mucho más escasa, la tan innata y nada barata capacidad de «hacer piña», valía más que un determinado número de puntos y rebotes por partido.
En Denver también lo quieren
Y tras ponerlo por las nubes, es bonito saber que su nombre aún se cotiza a buen precio en muchas esquinas de la NBA. Pues a su salida de los Cavs reaccionaron inmediatamente los Milwaukee Bucks; y ahora, informa Adrian Wojnarowski, se unen a la puja los Denver Nuggets.
La franquicia de Colorado tiene ya 15 fichas garantizadas, pero al parecer eso no sería un problema si a cambio de desprenderse de una de ella pudiesen conseguir al alero. Una plantilla plagada de talento joven que busca el equilibrio sumando alguna pieza veterana. Con Jefferson, la media de edad sumaría un buen empujón.
Y ya se sabe: a gato viejo, ratón tierno.