El 28 de junio supimos que San Antonio Spurs negociaba el traspaso de Kawhi Leonard con Los Angeles Lakers y Boston Celtics. Dos días después saltaba a la luz que Lonzo Ball sufría un desgarro de menisco en su rodilla izquierda. ¿Casualidad que ambas informaciones surgiesen con tan poco tiempo de diferencia? Adrian Wojnarowski de ESPN no lo cree.
Según el citado periodista, en la gerencia angelina piensan que la lesión del base se filtró para evitar que entrase en un traspaso. Apoyando esa teoría, Wojnarowski asegura que Lonzo no quiere cambiar de equipo y que nadie de los Lakers facilitó en momento alguno información sobre la rodilla de su jugador. La filtración habría provocado que algunos equipos que podían cerrar acuerdos con los californianos hicieran muchas preguntas.
Poco se sabe de la mencionada lesión salvo lo explicado en su momento por Shams Charania, quien señaló que no debería ser impedimento para que estuviese en el training camp junto a sus compañeros, y que fue diagnosticada hace meses –justo al acabar la temporada–; es decir, la dolencia ha permanecido oculta justo hasta el momento en el que los Lakers parecían tener intención de moverse por Leonard.
¿Qué supone realmente?
En caso de que fuese cierto, la realidad es que Lonzo no tiene por qué ocultar su lesión en favor del equipo, pero tampoco es que hacerla pública cambie el resultado final. Sí, el resto de equipos podrían aceptar un traspaso más fácilmente, pero siempre debería superar un reconocimiento médico tras las negociaciones que podría obligarles a dar marcha atrás. Lo que parece claro es que el futuro de Lonzo no termina de estar claro, o al menos esa sensación se ha instaurado en su entorno.