A la caza del ‘Factor X’: ¿quién será hoy Derrick White?

Puede que nadie. Puede que un jugador de los Warriors o tal vez uno de los Celtics. Puede que incluso repita el mismo Derrick White. No deja de tener su gracia que en unas Finales con cinco All-Star en el bando de Steve Kerr y otros tres en el de Ime Udoka –además del vigente Jugador Defensivo del Año–, haya espacio de sobra para que un ‘secundario’ se convierta en el Factor X, esto es, un elemento decisivo con la capacidad de decantar el partido.

Pero es que pundonor y talento en este lujoso tatami, sobra. Y este factor puede destaparse de varias maneras; desde una actuación defensiva de escándalo por parte de Robert Williams como a través de una noche inspirada en ataque de Otto Porter Jr. o Jordan Poole. Incluso el poder reboteador de Kevon Looney o un momento de microondas de Payton Pritchard podrían desequilibrar la balanza en un empatado Game 2.

En el Game 1, ese premio oficioso se lo llevó a casa Derrick White. Un jugador que ha sido parte del Team USA y que aprovechó la baja de Dejounte Murray para crecer en San Antonio como un point guard agresivo y tenaz. Pero también un jugador de un 33% en triples en su carrera; un porcentaje mediocre para un triplista que, si los Warriors estaban dispuesto a flotar a alguien en estas Finales, era a él. Una temeridad que imagino se replantearán en base a su 5 de 8 del pasado jueves en el Chase Center. Y no fueron cinco triples cualesquiera.

Adaptación difícil

Le ha costado un mundo adaptarse. Y no lo decimos nosotros, sino que lo reconoció él mismo el 17 de marzo. También dijo «no estar preocupado» para, acto seguido, afirmar lo siguiente: «Llegará un momento en el que rendiré bien porque habrá mucha atención en otros muchachos. Solo tengo que dar un paso al frente y derribar el muro».

Boom… muro derribado. Y qué fecha eligió para hacerlo. Tras promediar 11 puntos en 30 partidos en temporada regular, apenas alcanzando el 40% en tiros de campo y el 30% en triples y tras ir la cosa a peor en playoffs (8,8 puntos con 39,4% en TC y 31,8% en 3P), se marcó un debut en las Finales por el título escandaloso: con 21 puntos, 3 asistencias, ninguna pérdida y un 62,5% en tiros de tres.

White, no obstante, ya venía caliente del Game 6 frente a los Heat tras firmar una actuación similar, por lo que no nos coje del todo por sorpresa. Pero lo que hizo hace tres días puede que se recuerde con el tiempo, quién sabe, como una de las mayores gestas de su aún joven carrera.

De todo y cuando más lo necesitaban

Además de repartir y anotar juego desde su entrada a cancha en el primer cuarto, aminorando los efectos un Curry desatado, no dudó al término del mismo cuando le llegó el primer balón limpio para el catch and shot. Y lo anotó. Esto le dio confianza y su segundo ¡chof! no se hizo esperar, nada más arrancar el segundo periodo.

Pero los importantes fueron los tres siguientes. Uno en el tercer cuarto para detener la sangría cuando los Warriors mandaban 14 puntos arriba, otro para ponerse a uno a falta de seis minutos para el final del encuentro, y uno más –el mejor— para empatar el encuentro y con Curry totalmente encima de él. Héroe sin focos ni antifaz… ni miedo .

Habilidad fuera de currículum

White gustó a los Celtics como para buscar su traspaso por sus cualidades contrastadas para defender y dirigir el juego con calidad desde la segunda unidad. Su instinto clutch era algo hasta ahora desconocido. Y si quedará en cosa de un partido o puede ir a más, es algo que aún está por ver.

La otra cuestión es: ¿decidirán ‘los de siempre’ o volverá a emerger ese ‘Factor X’ en esta segunda noche de tensión donde los Warriors se juegan media temporada, al calor de la Dubnation?

(Fotografía de portada de Ezra Shaw/Getty Images)


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