Bol Bol, la incógnita gigante del ‘Draft Combine’

Sus medidas son propias de festín nupcial. Según la recogida de datos oficial en el Draft Combine que se celebra en Chicago estos días, Bol Bol presenta una fisionomía de 2,19 metros de altura, 2,34 de envergadura y 2,95 quieto con los brazos extendidos hacia arriba (a media pulgada del récord histórico de este certamen). El este año jugador de Oregon en la NCAA es uno de los grandes gigantes que se presentan al Draft 2019 y, al mismo tiempo, también de las grandes incógnitas.

Uno de los muchos hijos del histórico Manute Bol (tuvo diez vástagos), Bol Bol era hace unos meses uno de los proyectos con mayor recorrido de la generación que miraba al 2019. Su nombre aparecía en el top 5 de todos los mock de cara al próximo Draft; sin embargo la lesión que esta temporada le impidió disputar el curso regular le ha hecho bajar prestaciones. Y también ha reducido la confianza que las franquicias NBA poseen en él.

Bol solo pudo disputar nueve partidos con la Universidad de Oregon este año; en ellos desplegó su carácter dominante: 21,0 puntos, 9,6 rebotes, 2,7 tapones, 56,1% en tiros de campo y 52,0 en triples. Esa es precisamente una de sus grandes virtudes: pese a ser un jugador de medidas abisales, también puede acreditar acierto exterior y no tiene problemas en jugar y moverse lejos de la canasta.

Su margen de mejora es todavía amplísimo pero contonea de maravilla los casi 220 centímetros y alrededor de 100 kilos cuando le toca ejercicio anaeróbico por la pista.

Las dudas con él no se han disipado, y es que la lesión de tobillo y posterior fractura navicular en el pie izquierdo han hecho daño a su consideración entre los emisarios de la NBA. Bol todavía no está del todo recuperado, el propio jugador aseguró estos días que le quedan tres semanas, más o menos, para poder ejercitarse a fondo. No tener todavía el alta competitiva le impedirá, por tanto, mostrar todas sus virtudes en el Draft Combine, y de ahí que no esté en su mano ahuyentar las dudas sobre su juego y recuperación.

Pescadilla que se muerde la cola, pero la realidad es que los ojeadores no podrán ver a Bol en plenitud antes de la ceremonia del Draft (no juega desde diciembre); flaco favor, pues, para sus aspiraciones.

Su posición a día de hoy

Actualmente, portales de prestigio en el arte de los mock sitúan a Bol en el top 20 de la primer ronda, rango un poco más lejano de lo que se le presuponía a principio de la temporada 2018-19. DraftNBA.net le sitúa en torno al puesto 18 (sería elegido por Indiana) y ESPN le adelanta hasta el 13 (Miami).

Lo que está claro es que resultaría sorprendente que un jugador con la figura de Bol pasase inadvertido para las primeras 15 elecciones. Si antes era considerado un lottery pick de manual, la cosa ahora no está tan clara debido a las dudas que despierta su lesión en el tobillo y el hecho de no poder verle en plenitud antes del 20 de junio.

Sobre todo por su movilidad y soltura antinatural, Bol no es un jugador que pueda verse todos los días; por ello es muy factible que alguna franquicia con buen lugar en la primera ronda apueste por arriesgarse en su elección. Aun con la incertidumbre levantada desde su lesión.

Eso sí, Bol Bol tendrá que ganar peso para poder jugar con garantías en la NBA. Si antes de empezar la temporada en Oregon se le situaba en 106 kilos, parece que ahora está en los 96-97 (lo mismo que Cam Reddish, que mide 16 centímetros menos).

Su mejor actuación en la NCAA este curso, antes de la lesión, fue un encuentro (debajo) en el que llegó a los 32 puntos. Apoteosis documental de todo lo que este jugador de casi 2,20 de altura puede ofertar sin que su carrocería sea un impedimento.

Tercer techo NBA

No hay duda de que estamos ante un gigante, pues en el momento en el que Adam Silver escupa su nombre en el Barclays Center de Brooklyn, se convertirá en el tercer jugador más alto de la liga; solo Boban Marjanovic (2,22) y Kristaps Porzingis (2,21) le superarán.

Eso si antes de que acabe el Draft no han pronunciado también el de otro gigante, Tacko Fall.

Otro gigante, Fall

Caso diferente es el de Tacko Fall, quien no tiene nada claro un hueco en las 60 elecciones del Draft 2019. Pese a su ingente tallaje (2,29 de altura, sería el jugador más alto de la NBA), sus humildes cualidades de movilidad y tiro hacen difícil que tenga hueco en la liga.

(Fotografía de portada: Ezra Shaw/Getty Images)


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