D-Wade: lánzala otra vez

Al César lo que es del César: Dean Wade se ganó el pasado miércoles vestir «el guioncito». Al menos por lo que dura un día. Contra los Boston Celtics, Dean Wade fue D-Wade.

No es un protagonista nato, nunca lo ha sido ni el miércoles buscó serlo. Su naturaleza, de hecho, es la antítesis a ese concepto e instintivamente le hace rehuir cualquier clase de brillo, tanto que su apellido incluso rechina cuando le ves resguardado en su delimitado rol. Pero fue su propio rol precisamente el que, amparado en la urgencia, le hizo dar un paso al frente y a sus compañeros el querer buscarlo, tan pronto notaron que en su muñeca se ocultaba la baza ganadora.

Dean Wade no es un hombre de portadas; no es un jugador de 20 millones al año; no es el primer ni tampoco el trigésimocuarto nombre que te viene a la mente cuando piensas en el clutch. Ni lo necesita. De querer serlo, de hecho, o peor aún, de creérselo, no hubiese formado parte del matador quinteto que permitió a los Cavaliers firmar una de las mejores remontadas del curso 23/24. O tal vez sí. Veamos.

Para entender el porqué de Wade, hay que vivir del baloncesto o ser lo suficientemente obseso del mismo para ver más allá de los números brutos y del show a pie de pista. Incluso si eres de ojear las stats y alejar el foco del balón, analizando el resto del entramado posicional, puede que se te escape el papel de Wade en un equipo aspirante.

Estadísticas básicas de carrera de Dean Wade

CURSOPARTIDOS JUGADOSMINUTOSPUNTOSREBOTESASISTENCIASTRUE SHOOTING%
2019/20125,91,71,60,274,4%
2020/216319,263,40,657,3%
2021/225119,25,32,90,658,4%
2022/234420,34,73,40,655%
2023/245420,55,440,759,8%

Ni robos ni tapones: defensa

Con cifras tan modestas, uno pensaría que es quizás su eficiencia en el catch&shoot lo que le hace ser merecedor de 20 minutos por partidos en unos Cavs que van a por todas. Pero no es así, ya que a lo largo de su carrera, aún siendo un spotter por encima de la media, promedia un 37,1% en tiros de tres atado a un bajo volumen de intentos (siempre por debajo de los 4 por partido).

Por establecer comparativas, no es un Steve Novak, un Duncan Robinson o, adentrándonos en su vestuario, un George Niang. No justifica sus minutos a través de la puntería en el tiro.

El leitmotiv de Wade a día de hoy, se oculta al otro lado del rectángulo. En la defensa. Y una vez más, su impacto es imperceptible si nos vamos a los básicos de ‘robos’ (0,6) o ‘tapones’ (0,3). Pero basta con observarle un rato para empezar a percibir todo eso que le hace ser del agrado de su entrenador: buena movilidad, razonablemente atlético, versatilidad en el emparejamiento (fantástico cuando le pivotan de espaldas), instinto posicional y esfuerzo en las ayudas. Elementos todos que dificultan la canasta fácil por parte del rival y exigen el mejor desempeño en la circulación y el dribling.

Que todas estas acciones de arriba sean, precisamente, del partido en el que ondeó su mejor nervio anotador, abanderando la remontada, nos da una pista de su intangibilidad en noches de opacidad ofensiva, que en su caso son la mayoría. Su intrascendencia anotadora con carácter general se ve holgadamente compensada por el equilibrio del que dota al equipo a través de fundamentos que sólo la estadística avanzada puede recoger.

En la temporada 2021-22, la defensa de Cleveland fue 5,5 puntos mejor por cada 100 posesiones con Wade en pista (percentil 89) registrando un índice defensivo de 105,8 puntos recibidos. En la 2022-23, la mejora fue de 6,4 puntos. Y en esta campaña, mejora todo lo anterior: los de Ohio reciben 7,5 puntos menos por 100 posesiones si está Wade, para un global en net rating de +8,3.

¿Puede dar más de sí?

La respuesta es sí. Sus virtudes como tirador de spot up no son algo nuevo, ni tampoco desconocido. Al menos para nuestro lector/fiel seguidor de los Cavs, John Ostos, quien hace dos años leyó a la perfección lo que perdían los Cavs con la seria lesión de menisco de Wade.

Con manejadores y dominadores del perfil de Donovan Mitchell, Darius Garland, Caris Levert, Evan Mobley e incluso Jarret Allen, el núcleo está más que hecho pidiendo, para redondearlo, soldados de infantería, esto es, jugadores 3&D, la argamasa de todo proyecto ganador. Y con Dean Wade, forward de 2,06, siempre ha habido dudas de cómo de bien cumplía ese perfil, justamente por lo poco que se prodiga como tirador.

Y aquí, J. B. Bickerstaff nos debe una explicación. Porque el acierto total que supuso rescatarlo de la G League tras ser otro ‘olvidado’ del Draft, se queda en un éxito a medias al no exprimir del todo el corazón de la fruta.

Wade, prolífico anotador en el instituto (21,2 puntos) y solvente en sus cuatro años en Kansas State (40,5% en triples), no hacía sino entonar su propio estribillo en los Charge de Cleveland, con su 40% en triples en 4,6 intentos durante lo que duró su periplo (30 encuentros) hasta que lo ascendieron a la primera plantilla.

A la madurez de sus 27 años, no es un caso de elevar su propio techo sino de explorar el que ya tiene. Porque su historial nos revela que cuanto más tira, mejor lo hace. Sólo necesita los arrestos para sacar sin temor el swing a pasear. Su tiro de tres, sin asentarse aún en tierra de élite, despunta y, sobre todo, apunta, como nunca antes. Esta 23/24, su quinta campaña en Cleveland y en la que más triples está tirando (3,9) el acierto roza el cuarenta por ciento (39,1%). Su selección de tiro (detractor de los tough shots), unida a las situaciones constantes de ventaja que le brindan los 2vs1 de Mitchell, Garland y Allen, sugieren mantener, sino incrementar, esos porcentajes, a la mínima que se atreva.

Algo, esto último, en lo que Donovan Mitchell, acusado a menudo de ‘sobreamasar’ balón, incide, consciente del impacto potencial de Wade. «Le digo a gritos que lance. Lo mejor de todo es que no se ofende, no se deja llevar por sus sentimientos. Le encanta ese apoyo. Pero cuando cuando yo o un compañero se la pasamos y él finta (en lugar de lanzar a canasta), le digo: ‘Hermano, eres uno de los mejores tiradores del equipo. ¡Hazla volar!»».

Una alternativa, la del Wade percutor, no sólo interesante por lo que supone como vía extra para anotar, sino como recurso directo de sustitución. Tirar él para que no tiren otros, ya que el cuadro de long range de los Cavs (conjunto además fuera del top-15 en offensive rating), pinta tal que así:

Wade y Merrill (salvando la sorpresiva mejora de Okoro, pero cuya lento release exige mapas de tiro idóneos), seguidos de Strus, son los mejores triplistas puros que tienen los Cavaliers en recepción-ejecución, pero mientras los otros dos sí disfrutan su cuota, acompañando a la jerarquía de Mitchell y Garland desde su notable rendimiento en el tiro tras bote, a Wade lo mata la timidez, infrautilizando un arma que, y más pensando en las defensas cerradas de playoffs, los Cavs podrían activar como auténtica dinamita.

Porque, como decimos, Wade no sólo está en condiciones de erigirse en uno de los mejores tiradores de su equipo, sino en el 3&D más polivalente del vestuario (y de los mejores wing stoppers del circuito NBA), carne de primera de close lineup por encima de cualquier competidor y por un ‘estupendo’ salario de 6,15 millones la temporada.

Destino: two-way

Lo suyo con la zamarra de los Cavs nunca ha sido una cuestión de tensión en las riendas, de impedimento. La ventana del tiro siempre la ha tenido abierta, sólo que Wade, como Carlino a la orilla del mar, no se decide a romper el umbral y lanzarse al agua. Se conforma con mojarse los pies.

«En el descanso, mis compañeros y todo el staff técnico estaban en plan: ‘Como si lanzas cien veces seguidas, ¡no nos importa que falles las cien! Pero lanza cada vez que tengas la oportunidad’. Fue su confianza lo que me hizo tener confianza en mí», comentó Wade respecto al clima del vestuario en el ecuador de su noche mágica ante los líderes de su Conferencia.

Con permiso de Ingrid: «Lánzala otra vez, Dean».

(Fotografía de portada de Stacy Revere/Getty Images)


EXTRA NBAMANIACS

Nuestro trabajo en nbamaniacs es apoyado por lectores como tú. Conviértete en suscriptor para acceder a beneficios exclusivos: artículos especiales, newsletter, podcast, toda la web sin publicidad y una COMUNIDAD exclusiva en Discord para redactores y suscriptores.