Detroit, un banquillo que empuja a ganar

All-Star, jugador franquicia, Big Three, Big Four, superequipos… La liga ha ido evolucionando desde lo que era un grupo de especialistas con una estrella, un pívot dominante, un tirador, un defensor y un sexto hombre –perdón por la simpleza–, a otra en la que la acumulación de jugadores de primera línea acaba por ensombrecer a esos otros chicos que, sin tantos focos sobre sus dorsales, conforman la segunda unidad.

Porque el banquillo parece pasado de moda. Si Stephen Curry está en pista genial, pero si está sentado se ansía que quien ocupa su sitio regrese a la silla. Lógicamente todos queremos ver al dos veces MVP; sin embargo, no por ello se debe obviar el papel fundamental que siempre ha jugado en la liga el banquillo. Golden State –también vale Cleveland– ha tenido suerte, puesto que no todos los equipos pueden reconstruirlo a base de talento que renuncia a millones por jugar con ellos. Hay otros, como Detroit, que lo han cimentado en un trabajo que ahora, con un excelente récord de 8-3, muestra sus frutos.

Puede que por nombres tampoco suene a brillantez. Ish Smith como recambio de Reggie Jackson, Reggie Bullock y Langston Galloway para el perímetro, y Boban Marjanovic junto a Anthony Tolliver y Eric Moreland protegiendo la pintura cuando Andre Drummond descansa. Pues bien, el rendimiento de esos chicos está siendo excelente.

Stan Van Gundy, quien en su cuarta temporada como entrenador jefe de la franquicia de Michigan se jugaba mucho, parece haber dado finalmente con la tecla. ¿Su fórmula secreta? No tener una rotación definida más allá del quinteto inicial. Más claro. Ish Smith ha disputado todos los partidos, mientras que el resto del banco ha visto en al menos dos de once partidos como se pasaban los 48 minutos sentados. Ejemplos: Tolliver jugó 20 minutos en dos partidos seguidos y al tercero se quedó en cero. Eric Moreland pasó de jugar un total de seis minutos en cuatro partidos a verse con la responsabilidad de 20 al siguiente… Con ese patrón no extraña que estén todos preparados para lo que llegue.

«Nadie te obliga a mantenerte preparado. Cada uno de nosotros debe asumir la responsabilidad para conseguir eso. En lo que va de año, cada uno de nosotros ha considerado el rol que tenemos. Los suplentes no están en la rotación de manera permanente, por lo que simplemente tenemos que estar preparados», explica Tolliver.

Las estadísticas hablan

Stan Van Gundy tiene a toda su tropa en guardia. Sin saber qué día les tocará asumir más o menos minutos en cancha, la actividad de todo el que sale es máxima. Así, el banquillo de Detroit ha logrado colarse entre los mejores de la NBA hasta el punto de conceder solo 94,7 puntos por cada 100 posesiones, o lo que es lo mismo, ser el tercer mejor equipo en rating defensivo. Pero no acaba ahí la cosa. En el cómputo global, la segunda unidad obtiene un +/- de 2,2 puntos, sexto mejor balance entre los banquillos de la liga; pero si vamos más allá y nos fijamos solo en lo que hacen ante los suplentes de sus rivales, la diferencia a favor de los de la Motown se dispara a 4,5 puntos. Los Pistons tienen hambre y lo demuestran con todas sus piezas.

Estadísticas de stats.NBA.


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