La defensa como ancla; Kuminga de lastre

Sobreviven los Warriors en una versión menor de sí mismos gracias a una defensa que destaca entre las mejores de la NBA. Pero hay un jugador "clave" en lo económico que no suma a la causa.

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Por Enrique Bajo

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Que la defensa gana campeonatos no solo es un refrán de índole universal, sino que cuando alguien pretende ponerlo en duda en un contexto NBA, no logra más que acumular un puñado de casos aislados en la orilla opuesta… manteniendo la fortaleza de la afirmación intacta en su integridad.

Incluso los Golden State Warriors en sus tiempos de incompasiva apisonadora –con los Splash Brothers + Kevin Durant–, era la defensa un elemento tan incuestionable (o incluso más) que contar con un ataque igualmente imparable.

Con el viejo Draymond (de siempre)

Más de una década después, y con sus lógicos altibajos, ese sello de identidad no se ha perdido en un equipo que aún mantiene a dos de sus rostros originales en los inicios del movimiento: Stephen Curry y Draymond Green.

Y es éste último –al que le podemos criticar absolutamente todo salvo lo que viene a continuación– quien, de manera tan involuntaria como culposa, hace que Jonathan Kuminga se esté convirtiendo en una pieza, por momentos, prescindible para Steve Kerr.

Por las singularidades del actual vestuario así como por la forma en la que Kerr lo gestiona y trata de sacarle su mejor rendimiento, los Warriors de este primer tramo de la 2025/26 están ganando la mayoría de sus partidos desde su defensa.

Una defensa que les sitúa como una franquicia top-3 NBA, empatada en la segunda plaza con los Houston Rockets de su viejo amigo KD35, con un defensive rating de 110,7 puntos encajados por cada cien posesiones. Solo por detrás del numantino enjambre que son los OKC Thunder de 104,1 puntos recibidos.

Y de este gran dato, Kuminga no es precisamente un aliado y mecenas. Más bien actúa como una losa que evita que los Warriors luzcan incluso mejor.

Kuminga, doblemente señalado

De la rotación habitual de hasta trece jugadores que los Warriors manejan, solo tres arrastran peor net rating que el -4,5 de Kuminga: Al Horfod, Trayce Jackson-Davis y Buddy Hield.

Y en una comparativa directa con Hield –llamado este último a rol de mero especialista– la patología es compartida: una defensa colectiva frágil (casi nueve puntos peor que la de Draymond Green) unida a un aporte ofensivo con el que es incapaz de compensar el déficit, como sí ocurre en el caso de un Stephen Curry que contrarresta su pésimo 114,6 de defensive rating (dato peor que el de Kuminga) con un 118,2 de ofensive rating, líder destacado del equipo en este distrito, como no podía ser de otra forma incluso a su edad.

Como conjunto, los Warriors ocupan la zona de la bisectriz NBA en términos de net rating, con un +2.0.

De que este saldo sea positivo, son contribución directa todos los jugadores de los Warriors que suman al menos diez titularidades este curso… salvo el novato Will Richard (-0,1) y el recién renovado Jonathan Kuminga (-4,5).

Y si a raíz de este vistazo somero a los datos pueden doler los 9,2 millones que se embolsará Hield a final de curso (aquí los contratos de todos los jugadores de GSW), qué decir de los 22,5 de un Kuminga que, muy probablemente, solo tenga el 50 por ciento de la culpa de su despropósito deportivo actual.

¿La principal medida de cuerpo técnico a todo esto, por el momento? Sentar a Kuminga. Lo que puede ser sólo la primera pista de un dominó a punto de caer.

(Fotografía de portada de Cary Edmondson-Imagn Images)

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