El futuro NBA más internacional de todos los tiempos

Que la NBA expande cada vez más sus fronteras no es ya ni un secreto a voces. 108 de los 450 jugadores con contrato garantizado a comienzo de la temporada 2017-18 disfrutaban de un pasaporte ajeno a los Estados Unidos. Este dato confirma la preeminente globalización de la liga, que el pasado curso registró su récord (113 jugadores) de participación extranjera de toda su historia. Muy por encima de décadas pasadas: en 1980 solo el 1,7 por ciento del cartel tenía que gestionarse un visado de entrada en la NBA, o en el curso 1997-98, el 7,6. Hoy en día la proporción llega hasta el 24 por ciento. Y no solo se trata de cantidad, sino de la pureza de piezas principales, ya que muchos de los jóvenes internacionales serán estrellas dominantes en el futuro más próximo. Si no lo son ya.

Desde Joel Embiid y sus 46 puntos el miércoles, Giannis Antetokounmpo, Andrew Wiggins, Ben Simmons, Nikola Jokic, Kristaps Porzingis o el peculiar caso de Karl-Anthony Towns —juega con República Dominicana y se siente plenamente identificado con sus raíces latinas pero nació en New Jersey y ni habla español—. La densidad de jóvenes con antecedentes fuera de los Estados Unidos y que serán cabeza de festival (o ya lo son) en la liga se ha disparado. De los nombres citados, dos están entre los cinco mejores anotadores de la temporada 2017-18 (Giannis y Porzingis) y hasta cuatro clasifican en el top 25 (solo quedan fuera el novato Simmons y Jokic, que compensan tal ausencia con una producción más diversificada).

Nunca tantos jugadores internacionales por debajo de los 24 años amenazaban con ganar el MVP en el futuro. Jamás. Y he ahí el principal dato noticiable que pretendemos subrayar aquí.

Más jóvenes destacados

Entre los menores de 25 años de la NBA, las estrellas foráneas son incluso más numerosas que las nativas. Emitamos, de manera realista, un recuento.

Anthony Davis, Kyrie Irving (nació en Australia aunque se criase en Estados Unidos), Antetokounmpo, Porzingis, Towns (su curioso caso ya mencionado), Embiid, Jokic, Simmons, Dennis Schroder, Clint Capela, Andrew Wiggins, Bradley Beal, Andre Drummond, Devin Booker, Aaron Gordon, D’Angelo Russell, Myles Turner, Jabari Parker y hasta Jayson Tatum saldrían como piezas más sobresalientes previas al cuarto de siglo (nos dejamos algunos rookies, sí). Aun obviando que —a excepción de Davis— la huella internacional muestra más hechuras de estrellato entre estos jugadores, solo nueve de los 19 jóvenes no tiene ningún vínculo fuera Estados Unidos. Mayoría de jugadores con pedigrí, nacimiento o genes extranjeros.

El All-Star y los internacionales

De acuerdo al All-Star de la NBA, aunque el talento internacional dejó de tener aranceles a partir del año 2002, la generación entrante parece que batirá todos los récords de presencia entre los mejores. Si bien los partidos de las estrellas llegaron a tener hasta cinco jugadores con origen de fuera en los últimos años, con los Embiid, Porzingis y compañía la proporción podría estallar en un par de cursos.

EDICIÓNJUGADORESNÚMERO
2000Dikembe Mutombo1
2001Mutombo y Vlade Divac2
2002Dirk Nowiztki, Steve Nash, Peja Stojakovic y Mutombo (titular).*4
2003Yao Ming (titular), Nash, Stojakovic, Nowitzki y Zydrunas Ilgauskas.5
2004Ming (titular), Stojakovic, Nowitzki, Andrei Kirilenko, Jamaal Magloire.5
2005Ming (titular), Nowitzki, Ginóbili, Nash, Ilgauskas.5
2006Nash (titular), Ming (titular), Tony Parker, Nowitzki, Pau Gasol.5
2007Nowitzki (titular), Parker y Mehmet Okur.3
2008Ming (titular), Nowitzki y Nash.3
2009Ming (titular), Parker, Gasol y Nowitzki.4
2010Nowitzki (titular), Nash (titular), Pau Gasol, Al Horford.4
2011Pau Gasol, Ginóbili, Nowitzki, Horford.4
2012Nowitzki, Marc Gasol, Parker, Nash y Deng.5
2013Parker, Irving, Deng, Noah.4
2014Irving, Noah, Parker y Nowitzki.4
2015Marc Gasol (titular), Nowitzki, Pau Gasol (titular), Irving y Horford.5
2016Pau Gasol y Al Horford2
2017Giannis (titular), Irving, Marc Gasol.3

* Wally Szczerbiak participó en la edición 2002. Aunque era estadounidense, había nacido en Madrid.

Contando con que Drazen Petrovic, Hakeem Olajuwon (llegado desde Nigeria aunque jugara con USA) o Patrick Ewing (emigró desde Jamaica a los 12 años) fueron de las primeras superestrellas modernas no nacidas en Estados Unidos, la colección se extendió en los años siguientes, como muestra la tabla anterior. Sin embargo, el talento con gen internacional nunca se había concentrado de manera tan pronunciada en una generación como la de los unicornios que descabalgan la competición en estos momentos.

Uno de ellos, de hecho (Giannis), fue ya titular en el All-Star el pasado curso y cortó la cinta que a no mucho tardar asaltarán el resto de fuerzas invasoras.

Como dato peculiar a este respecto destaca que gran parte de los jóvenes que dominarán los próximos años están cortados por el mismo patrón: jugadores de gran tallaje, con un avanzado sentido del juego, lectura, instinto, capacidad para botar, asistir, manejar y salir airosamente de situaciones impropias de los dos metros y diez centímetros. Puede que la guinda de tal vanguardia sea Ben Simmons, base de 2,08 de estatura y con nociones que la mayoría de bases de la liga querrían para sí.

Por no hablar de Porzingis o Antetokounmpo, missmatches andantes allá adonde vayan. Todos, fuerzas evolucionadas que la naturaleza empieza a mostrar ahora y nunca antes se habían visto. Al menos en un volumen tan frecuente.

Estrellas ya, productividad en 2017-18

Pero no hay que seguir esperando. La generación de mutantes internacionales lidera ya la NBA. En cuestión de PER (Player Efficiency Rating), lo que vendría a ser la valoración global de las acciones en cancha, Antetokounmpo no tiene igual en toda la liga (32,2), nadie por encima de él. Porzingis completa el top 5 (28,2) y después aparecen Capela (7º), Towns (15º) y Jokic (16º). Representación más que honorífica entre los veinte jugadores más productivos de la competición.

Observemos también otra analítica temporal para comprobar el impacto del talento importado en la NBA. En las exhibiciones de los jóvenes en el All-Star (Rising Stars Challenge), raro era encontrar producto internacional destacable allá por los tardíos años 90. Quitando islotes como Toni Kukoc, Dino Radja, Arvydas Sabonis, Nash o Ilgauskas, escaso mimbre internacional de naturaleza volátil. Es más, de todos los llegados de fuera solo Kukoc, Sabonis o Nash se acabarían convirtiendo en jugadores realmente importantes para la NBA. Más tarde asomarían la cabeza los Nowitzki, Gasol, Parker, Ginóbili y compañía.

De eso —con el tradicional formato de novatos contra segundo año— se ha pasado a montar un show entre los nacidos en Estados Unidos y el resto del mundo. El cargamento de nuevas figuras internacionales, pues, da para montar un equipo entero… y para más. En la última celebración (2017), el combinado mundial venció al oriundo, que —paradójicamente para este artículo— contaba con Towns en sus filas.

Así, la globalización de la NBA ha alcanzado las más altas esferas de liga, nunca más ya un reservado con solo nombres americanos. Muchos de los jugadores que en el futuro dominarán el juego llegan desde fuera aunque algunos optasen por formarse en universidades americanas (Embiid, Simmons, Markkanen, Irving…). Hace 20 años este artículo hubiera sido susceptible de un par de noches en el manicomio, pero en 2017 los jóvenes de procedencia mundial apuntan a dominar la NBA. Cosa de la globalización, que no respeta ni a los astros más lustrosos de la competición.


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