Los nuevos Suns, ¿una realidad definitiva?

Los Phoenix Suns arrancaron la temporada pasada con un balance de 5-2, el segundo mejor net rating de toda la liga y una declaración de intenciones más que patente: dar mucho que hablar y recuperar una plaza en playoffs una década más tarde. Sin embargo, ese esperanzador inicio fue dilapidado con 37 derrotas en los siguientes 58 partidos. En la burbuja de Orlando recuperaron esa inercia inicial pero ya era demasiado tarde como para colarse en post-temporada pese a lograr un registro inmaculado.

Poco más de un año más tarde, la franquicia de Arizona se encuentra en una situación inicial similar. Los Suns están situados en la zona más alta de la Conferencia Oeste con un récord de 7-3, tan solo por detrás de Los Angeles Lakers, y presentan el tercer mejor net rating (7,4). Sin embargo, el contexto y las virtudes sobre las que se construye este éxito son muy diferentes a las mostradas anteriormente

Ahora, gran parte de la ecuación no se reduce a los amplios recursos ofensivos de Devin Booker sino que se sustenta sobre el equilibrio entre todos los jugadores y el importante peso de la segunda unidad. De hecho, el escolta está firmando el peor registro anotador de su carrera (22,0) desde su año rookie.

En su lugar, los puntos se reparten de forma bastante equitativo entre el roster. Otros seis jugadores están firmando dobles dígitos en anotación, mientras que un total de diez jugadores son capaces de asumir cierta responsabilidad en esta faceta de ser necesario. No obstante, Monty Williams ha sabido distribuir muy bien estos roles (así como los minutos y las rotaciones) y asignar unas funciones concretas a cada jugador.

En Phoenix se están beneficiando del desarrollo natural de jugadores como Mikal Bridges y Cameron Johnson. El primero se ha destapando como ese 3&D que muchos preveían tras ingresar en la NBA y apunta a instalarse en la élite de la liga. El segundo es ya una amenaza exterior que tan solo deberá trabajar en la creación de su propio tiro y cierta distribución del juego para asentarse definitivamente.

Junto a ellos, la intensidad y versatilidad de Jae Crowder o el esplendor de un Chris Paul que convierte en oro franquicia que toca insuflan esa serenidad y conocimiento del juego tan importante que poseen los veteranos. Así, esta gran cantidad de alternativas no solo ha servido para paliar el descenso de la anotación de los propios Booker y Paul respecto a anteriores años, sino que explica, alimenta y mejora esta misma tendencia.

«Es un grupo completamente diferente pero la cultura es la misma», explicó Devin Booker al medio CBS Sports. «Tenemos veteranos que han estado en esas situaciones a las que hemos estado tratando de llegar. Y no creo que sus mentes funciones de otra manera que no sea un baloncesto superior. Esa es la cultura que tenemos aquí. La sientes en todas direcciones: jugadores, cuerpo técnico y entrenadores. Todo el mundo está concentrado en ganar partidos. Incluso en las noches es las que conseguimos victorias seguimos tratando de encontrar formas de mejorar. Siento que vamos por el buen camino.»

No es ningún secreto que los Suns han precisado de manera desesperada de una serie de veteranos capaces de liderar con su voz y su experiencia el vestuario. Después de un año en el que Aron Baynes y Ricky Rubio mostraron el camino a seguir, la contratación de Chris Paul y Jae Crowder ha terminado por dar el impulso necesario al proyecto, muy bien gestionado desde las oficinas por James Jones. Ambos jugadores han confeccionado una nueva identidad de unos Suns que, además de anotar, están logrando cerrar su propia canasta de forma constante y productiva: son la quinta mejor defensa después de concluir el pasado curso en 17ª posición.

«Queremos ser el mejor equipo defensivo de la liga. Ese es nuestro objetivo este año», afirmó Jae Crowder. Una realidad que ha impregnado a todo el vestuario, incluido a un Deandre Ayton que ha dado un gran salto en esa faceta de su juego. «No me importa el ataque. Soy el ancla defensiva. Nuestra defensa gana partidos. Eso es lo que los Suns necesitan.»

La combinación de todos estos pequeños ajustes, la planificación del proyecto, la atribución de los roles y el desarrollo de los jóvenes están convergiendo en un grupo muy peligroso en ambos lados de la cancha que suma victorias y, además, exhibe un juego vistoso. Una década más tarde, los Suns van en serio y amenazan con dar mucha guerra en la NBA.

(Fotografía de portada de Christian Petersen/Getty Images)


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