Previa NBA 2017-18: Minnesota Timberwolves

Ante el inminente comienzo de un nuevo curso hacemos un repaso a los 30 equipos de la competición de cara a la temporada 2017-18 NBA. El campeonato de los Warriors y la confirmación de que Golden State será una potencia durante varios años ha conllevado que numerosos equipos hayan realizado grandes apuestas durante el verano y otros hayan optado por dar un paso atrás.

Minnesota Timberwolves

Balance 2016-17: 31-51 (13º Oeste, no clasificado para playoffs).

Entrenador: Tom Thibodeau (2ª temporada en el equipo).

Agentes libres más importantes en 2018: Andrew Wiggins (oferta cualificada), Nemanja Bjelica (oferta cualificada), Tyus Jones (opción de equipo), Jamal Crawford (opción de jugador).

La plantilla

Altas: Jimmy Butler, Jeff Teague, Taj Gibson, Jamal Crawford, Anthony Brown (Two-Way contract), Justin Patton (Draft), Marcus Georges-Hunt, Amile Jefferson (Undrafted), Melo Trimble (Undrafted), V.J. Beachem (Undrafted).

Bajas: Ricky Rubio, Zach LaVine, Kriss Dunn, Nikola Pekovic, Jordan Hill.

Siguen: Cole Aldrich, Nemanja Bjelica, Gorgui Dieng, Tyus Jones, Karl-Anthony Towns, Andrew Wiggins, Shabazz Muhammad.

Así encaran la temporada

Con ilusión, esta vez más que nunca, justificada. Los movimientos realizados durante el mercado bien la valen. Basta con una rápida ojeada al apartado de Altas y Bajas. Es como trabajar en el Cash Converters en ambos lados del mostrador; igual compras algo genial a cambio de muy poco, que empeñas algo de dudosa valía por un precio estupendo. Así han llegado Jimmy Butler, Jamal Crawford, Jeff Teague y Tag Gibson, y por el camino sólo se ha debido sacrificar a Ricky Rubio y las prometedoras carreras de Zach LaVine y Kriss Dunn.

A priori parece que compensa y bastante. Así lo piensan al menos las casas de apuestas. No sólo ya porque los coloquen en playoffs tras catorce años de amarguras, sino que además, según la mayoría, se clasificarán de manera holgada, entre los cuatro primeros del Oeste.

Decíamos el otro día en un aventurado análisis de lo que podrían ser los próximos playoffs, que Tom Thibodeau no se ha visto en una igual; un quinteto espectacular e incluso un magnífico sexto hombre de postre. Así pues, Teague-Wiggins-Butler-Gibson-Towns y Jamal Crawford forman una primera unidad —con recambio incluido— que quita el hipo.

A Thibs le persigue —difícil definir hasta qué punto de manera exagerada— fama de especialista defensivo. El año pasado los Wolves concluyeron la temporada como el 16º equipo que menos puntos encajaba por partido. Ninguna maravilla. Sobre todo porque jugadores capacitados no le faltaban; y si bien Towns y Wiggins eran los que mejores cualidades físicas tenían para defender, era Ricky Rubio el que muchas veces sacaba las castañas del fuego. Y Ricky ya no está; y lo de Teague es más bien el ataque.

Llega Butler, minipunto para Thibs, que además puede volverse vírico en el mejor de los sentidos. Wiggins, joven, virtuoso y con una simil con LeBron James que le llegó demasiado pronto, estando en el instituto, se enfrenta a un problema habitual en las estrellas de su condición y cuyo aprendizaje comienza justo al revés de lo que recomiendan los prospectos.

Thibs entregó a Wiggins el testigo de las jugadas calientes; a sus 21 años ya era el cluch man del equipo. Libertad en ataque y más libertad aún en defensa; libertad para no hacer nada, entiéndase, y nada, tampoco, hizo Thibs, para remediar algo que corría el riesgo de convertirse en mala costumbre.

José María García nos recuerda a menudo que el halago, casi siempre, debilita, y Wiggins nunca recibió el rapapolvo necesario de un entrenador al que se le presume mano dura. Pero ahora llega Butler, un jugador que se ha construido a sí mismo desde la defensa, el sacrificio y la entrega, hasta evolucionar en un All-Star de más de 20 puntos de promedio. Justo la medicina perfecta. El espejo en el que mirarse —y en el que estoy convencido se mirará— el joven Andrew para corregir su sobrestimado rol.

Por lo demás casi todo son buenas noticias. Towns sumará otro año más de experiencia, con la obligación de superar todo tic de novato que aún pudiera arrastrar. La bombilla será suya, y la ayuda defensiva de Gibson superará con creces la que le ofrecía Dieng, que seguramente quedará desplazado a una segunda unidad, a pesar de todo, solvente, con piezas como Crawford, Bjelica y Jones —ojo con la defensa de estos— y especialmente habiéndose cerrado la renovación de  Muhammad.

Puntos desde luego no le van a faltar a un equipo cuyo máximo peligro es, precisamente, el estandarte que encumbra a su entrenador: la defensa. Si evitan las pájaras tan propias del año pasado —¡esos terceros cuartos!—, lo sobradísimos que irán en ataque —siempre que no se estorben— hará el resto. Hablar de playoffs es una obligación. La pregunta realmente interesante es, ¿hasta qué punto resulta una locura fantasear con el anillo?

El jugador a seguir

Wiggins y Towns. Towns y Wiggins. ¿Dónde está el techo de ambos? No es habitual encontrarte en una plantilla con sendos jugadores de menos de 22 años que promedien más de 23 puntos cada uno. Ambos pierden a un pasador extraordinario con la salida de Ricky Rubio y tocará ceder galones con el desembarco de Butler y Crawford, pero el futuro de la franquicia son ellos, así como el futuro de Canadá y República Dominacana estará tan altos como ellos quieran situar su listón.

Para terminar de consolidarse como auténticos All-Star deberán centrarse en pulir sus defectos. Los dos deberán mejorar su juego combinativo y darle regularidad a su defensa. Towns recuperando el distintivo de intimidador/taponador que se ganó en la universidad y que exhibió, sobre todo, en su temporada rookie; y Wiggins demostrando que es capaz de motivarse no sólo cuando su par a defender se llama Kevin Durant, a quien demostró que es capaz de secar (dentro de lo posible) si le apetece.

El pronóstico

Elio Martínez, director de nbamaniacs, dará un pronóstico personal y subjetivo sobre lo que cree que hará cada franquicia durante la temporada 2017-18.

«Es imposible que los Timberwolves no se clasifiquen para playoffs». Algo así deben pensar allá por Minneapolis, pero después de 13 años de malas decisiones e infortunio cuando las cosas parecían pintar bien, pocos se atreverían a apostar un millón de dólares a que los Lobos se meterán seguro en las rondas por el título. Dejando de lado la suspicacia, lo que no se puede dudar es sobre la capacidad de este equipo. Thibodeau tiene una gran plantilla a sus órdenes y el techo de los Wolves se debería establecer más allá de la primera ronda. Habrá playoffs en Minnesota por primera vez desde 2004 —dudo que como cabeza de serie— y no sería extraño ver a un nuevo propietario mayoritario de la franquicia antes de que finalice 2018.

Anterior equipo analizado: New York Knicks. Próximo equipo: Sacramento Kings.


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