Previa NBA 2023-24: Memphis Grizzlies

Aquí publicamos la previa NBA 2023-24 Memphis Grizzlies. Datos, resultados de la temporada anterior, un vistazo a su plantilla y a sus futuros agentes libres, los objetivos del curso, el jugador a seguir y un pronóstico sobre la franquicia.

Memphis Grizzlies

La plantilla

  • Movimientos en el mercado: salidas de Dillon Brooks, Tyus Jones; llegadas de Marcus Smart y Derrick Rose. 
  • Backcourt: Ja Morant, Marcus Smart, Derrick Rose, Desmond Bane, Luke Kennard, John Konchar.
  • Frontcourt: Jaren Jackson Jr., Santi Aldama, Steven Adams, Brandon Clarke, Jake Laravia, Ziaire Williams, David Roddy, Xavier Tilman, Kenneth Lofton Jr. 

Así encaran la temporada

Cada campeón trae una forma de ganar, y el anillo de los Nuggets ha recibido incontables piropos por una construcción de plantilla paciente y basada casi completamente en el desarrollo de talento obtenido a través del draft. Denver se hizo con su núcleo duro (Jokic, Murray, Porter Jr.) por esta vía, le añadió un hombre pegamento de lujo con Aaron Gordon y rodeó al cuarteto con grandes complementos. Fórmula ganadora. 

Sin embargo, lo normal es que en algún punto de esa construcción desde el draft a largo plazo algo acabe fallando. Impaciencia por parte de la estrella o la franquicia, lesiones irreversibles, reveses extradeportivos, hartazgo y tensiones internas… Es complicado perseverar en una misma idea y que el tiempo acabe dándote la razón, más en un escenario en el que solo un conjunto por temporada halla plena gloria y/o redención. 

Hasta ahora, los Memphis Grizzlies de Ja Morant eran un conjunto que apenas contaba con elementos exógenos. Los de Tennessee se han  establecido en la élite de la liga (dos cursos consecutivos siendo uno de los mejores cinco equipos de la competición) con jugadores ‘hechos en casa’ a los que sumar un par de valiosos complementos foráneos (Jonas Valanciunas/Steven Adams, Tyus Jones, Kyle Anderson). 

Y lo cierto es que Zach Kleiman y su equipo se han destapado como uno de los más avezados pescadores de talento joven de la liga, dando forma a una rotación amplísima en la que apenas existen pasos en falso. Toda elección ha sumado en mayor o menor medida. Ahora bien, la llegada de Marcus Smart parece cambiar este panorama. O si no, al menos lo matiza y abre la puerta a otra manera de proceder. Sobre todo por lo significante que resulta haber cerrado la puerta a cualquier posibilidad de renovación de Dillon Brooks. 

El alero y su agrio carácter se habían convertido en la bandera del conjunto sureño. Y el mensaje emitido por la directiva simboliza pasar página y enviar un mensaje al resto de la plantilla: esto no es ningún cortijo. Introducir a una personalidad como la de Marcus Smart en esa vacante, más allá de lo deportivo, altera la jerarquía del grupo en lo emocional. 

Pero vamos ya a la cancha. Después de una temporada 21-22 de explosión, la pasada campaña dejó cierta sensación de estancamiento en los Grizzlies. Cierto es que las bajas los acribillaron: la ausencia inicial de Jaren Jackson y las pérdidas de Brandon Clarke y Steven Adams por el camino desguarnecieron el interior durante la mayor parte de la temporada. Empañamiento al que contribuyó enormemente Ja Morant y sus problemas de conducta lejos de las canchas. Los mismos que le harán perderse los 25 primeros partidos de la temporada entrante. 

Los Grizzlies ya han demostrado en otras ocasiones ser un muy buen equipo sin contar con su gran estrella. Pero esto no deja de ser un reto tanto en lo colectivo, como en la particular figura de Marcus Smart. Al ex de Boston siempre le ha acompañado cierta dicotomía entre lo que él siente y lo que sus entrenadores ven en él. Costó muchos años verle en el puesto de base organizador, rol que estrenó hace no tanto con Ime Udoka y no sin las reticencias iniciales del técnico. Y ahí, a pesar de sus particularidades, Marcus se destapó como un playmaker infravalorado. Hasta el punto de representar al base ideal para el huracanado estilo de los de Taylor Jenkins. 

Smart no es un base sobón. Es de ese tipo de creadores que economiza cada bote para hallar la solución más rápida disponible. Si el balón puede pasar por sus manos un segundo, mejor que uno y medio. Eso sí, con respecto a Tyus Jones, es un playmaker que, con confianza, asume muchos riesgos. El ex de los Celtics siente filia por el pase vertical en fase de flujo. Y ya no en acciones terminales, pues es capaz de saltar al vacío simplemente para acelerar a sus compañeros y romper sistema rival y propio. De ahí su ratio de asistencias/pérdidas, que se mueve en un mediocre 2,4 por la cantidad de veces que suelta el balón de forma riesgosa sin encontrar el ‘premio’ de la asistencia. 

Esto, el poco consumo de balón y la aceleración permanente de la jugada (especialmente en transición) casa a la perfección con el estilo de los actuales Grizzlies. Un conjunto que hace de artes arcaicas como elevar la línea defensiva hasta el absurdo (alimentando una transición ofensiva mortífera) y dominar el rebote ofensivo sus mayores bondades. Para lo cual no hay que explicar que Smart vuelve a cumplir con todas las demandas. Tendiendo la comparación en ataque, Memphis pierde control a cambio de vértigo, pero la clave está en pensar en lo que representa el base texano con respecto a Dillon Brooks a ambos lados de la pista.

En lo que a carácter se refiere, los de Tennesse no dan un paso atrás, y por el camino se quitan de encima a un jugador demasiado anárquico para sus propias limitaciones ofensivas. Atrás, Smart es un defensor bastante superior en el perímetro. Brooks sufría enormemente en la navegación de bloqueos, los cuales suele afrontar a ‘trompazos’ y algo de ayuda arbitral. Por el contrario, Dillon quizás suponga una certeza mayor en emparejamientos con aleros, ala-pívots y pívots. Apartado en el que Smart también ha brillado pero en el que es preferible destinarle de forma puntual y no como plan de partido. 

Ya vale de hablar de Marcus Smart 

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve y hasta diez párrafos ha absorbido la figura de Marcus Smart en el análisis de estos Grizzlies. Algo lógico, ya que es el único cambio significativo en un conjunto que encadena dos años jugando prácticamente de memoria cuando cuenta con todos sus efectivos sanos. También ha llegado Derrick Rose, pero el ex de Knicks, Pistons y Bulls, en el mejor de los casos, representa una versión reducida de lo visto con Tyus Jones en esta última etapa. 

Volver a contar con un Ziarie Williams ya totalmente recuperado y en edad de dar un salto cualitativo representa un filón interesante. Así como las expectativas con Aldama o el puñetazo en la mesa de Desmond Bane para volver a asentarse como una de las mejores segundas espadas exteriores de la liga. No obstante, todo ello tiene un peso más bien marginal en el panorama del conjunto texano. 

Ahora bien, el tramo final de la pasada temporada de Jaren Jackson Jr. merece un aparte. El joven interior protagonizó un último mes de regular y unos playoffs por fin coherentes con todo lo que se proyecta sobre su figura desde que entrase a la liga en 2018. En su caso, las debilidades siempre han sido evidentes: su ineficacia como anotador interior y la tendencia a acumular faltas personales. JJJ pareció solucionar lo primero de la noche a la mañana, resolviendo acciones de espaldas al aro como nunca había mostrado y desenvolviéndose en sus penetraciones con inédita soltura. 

No sólo incrementó sus internadas (de 3 a 4,3 en el mes de marzo), también pasó de un 52% a más de un 55% de acierto en estas acciones. En el poste, aunque la muestra es pequeña, estuvo en el percentil 73 después de venir de una temporada especialmente errática para él. Pero es que en defensa, más allá de su DPOY, fue capaz de dominar partidos en presencia de Anthony Davis. Logro al alcance de muy pocos, aunque el de los Lakers acabase llevándose el gato al agua en la serie. 

Quizás este paso adelante se debiese a la antedicha ausencia de interiores de peso como Adams y Clarke, lo que le empujó de forma habitual al ‘cinco’. Y es precisamente ahí donde se halla uno de los grandes puntos de interés en la temporada. En vislumbrar si la mejor versión que ha mostrado Jaren Jackson Jr. en la NBA es algo contextual o si bien puede ser sostenible con el regreso de los dos principales pívots de la plantilla. 

El jugador a seguir

Resulta paradójico que todas las miradas vayan a estar sobre un jugador que va a perderse cerca de un tercio de competición. Pero es lo que tiene ser una de las caras de la liga y haber ‘traicionado’ esa notoriedad con actos de dudoso calado ético. Ja Morant se va a perder los 25 primeros encuentros del curso por juguetear con armas a ojos del público por segunda vez en apenas tres meses. Aunque, personalmente, pienso que lo más preocupantes fueron los relatos trascendidos previamente que incluían episodios de violencia real protagonizados por él o en su presencia. 

Lo primero es fijar el foco en el prometido cambio personal, que el jugador se ha encargado de ilustrar en este tiempo con guiños que tienen que ver más con el marketing (ha llegado a estar en entredicho la vigencia de su contrato con Nike). Y, una vez dejado atrás lo que parece un caso evidente de malas influencias en su entorno regadas por la inmadurez del jugador en sí, centrarse en lo que sucederá en cancha. En realidad basta con que sus fechorías lejos del parqué no trasciendan la esfera pública, que ya sabemos como funciona el show business

En lo deportivo, se puede encontrar algo positivo en que Morant vaya a regresar con el equipo pudiendo haber engrasado la maquinaria. Sobre todo, por lo que puede suponer que Marcus Smart logre tomar los mandos y se convierta en el base de facto del grupo. Juntar a Ja Morant con Tyus Jones parecía una apuesta ganadora a la hora de controlar los instintos de la estrella, pero la debilidad defensiva que computaba su coincidencia en cancha nunca permitió invertir en ella. Además, en ataque sus sinergias relucían más sobre el papel que en el momento de la verdad, dando la sensación de que el equipo no sabía a qué manos pertenecía con ambos en cancha. 

Smart no es precisamente ese apagafuegos, pero sí que podría llegar a representar el balance justo entre alimentar el colectivo y los instintos pirómanos de Morant. Se dice poco, pero en los Celtics, los finales de partido estaban estrechamente relacionados con el rendimiento de Marcus, para bien y para mal. Ja tiene muchas cosas de su juego que limar, pero es normal indultarle de cualquier pecado cuando llegan los instantes finales. Pocos tienen la determinación del base a la hora de encarar momentos calientes, en los que ve gigantes en vez de molinos y termina despeluchándolos como muñecos de paja. 

Suponiendo que lo extradeportivo está bajo control, es ahí donde va a estar el salto cualitativo del equipo. En que Smart (y el resto) sepa alimentar a la bestia para que vaya sin tropas a la guerra solo cuando conviene y sabiendo que no va a tener guardaespaldas mejor al otro lado. Y pocas voces más autorizadas vienen a la mente a la hora de hacer que la joven superestrella pise suelo firme antes de echar a volar como suele.

Previa NBA 2023-24 Memphis Grizzlies, el pronóstico

Elio Martínez, director de nbamaniacs, deja un pronóstico personal y subjetivo sobre lo que cree que hará cada franquicia durante la temporada en la previa NBA 2023-24.

Vamos a ver cómo se desarrolla el primer tercio de la temporada sin el buque insignia de la franquicia. Serán dos meses ideales para ver si estos nuevos Grizzlies pueden seguir rindiendo sin Morant —como lo han hecho en el pasado— y si esos cambios en el vestuario rehabilitan a un jugador que se ha pasado con estupideces y divertimentos peligrosos. 48 victorias de pronóstico en temporada regular.

Próximo equipoDenver Nuggets.

(Fotografía de portada de  Justin Ford/Getty Images)


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