Las Finales de 2017 fueron las del quinto anillo de los Warriors en su historia, y el segundo en tres años contra los Cavaliers. Supusieron también el primer MVP para Kevin Durant y la primera vez que un jugador terminaba promediando un triple-doble (LeBron James). Además, las Finales siguieron fieles a su historia y aquello de que nadie había remontado jamás un 3-0 en contra se volvió a cumplir. A pesar de la exhibición de Cleveland en el cuarto partido, que le sirvió para evitar la barrida por 4-0 y para establecer tres marcas de anotación: mayor número de puntos en un cuarto, en una mitad y récord de triples en un duelo de las Finales.
Todo esto fue gracias a los grandes protagonistas de cinco noches inolvidables: los jugadores. Vamos con el análisis de todos y cada de los que disfrutaron de algunos minutos en algún momento de la serie.
Golden State Warriors
Kevin Durant: MVP sin discusión, con once votos de once posibles. KD promedió en las Finales 35,2 puntos, 8,4 rebotes, 5,4 asistencias, 1,6 tapones y 1 robo. Su triple decisivo en el tercer encuentro, para poner el 3-0 a favor de los Warriors, es la imagen de las Finales. Se convirtió en el sexto jugador de siempre en anotar 30 o más tantos en todos los partidos de las Finales y el primero en hacerlo desde el año 2000. Máximo anotador de Golden State en los cinco duelos, es el tercer jugador de siempre en la NBA en ganar el MVP en su primer año en una franquicia.
Stephen Curry: su papel fue menos protagonista, menos de líder, sin que esto necesariamente suponga algo peyorativo, malo para él. Algo más sacrificado su impacto por la presencia de Durant, rindió muy bien igualmente en anotación y estuvo muy fino en otras facetas menos habituales para él, como el rebote. Además, logró su primer triple-doble en unas Finales
Klay Thompson: si Curry sufrió por la presencia de Durantula, el caso del alero de los Warriors es más significativo. Su papel dentro de los Splash Brothers se resintió de cara a la anotación: 6 puntos en el primer partido y 11 y 13 en el tercero y en el cuarto, respectivamente. Su gran noche, en el Game 3, con 30 puntos que recordaron al mejor artillero que es.
Draymond Green: bordeó la expulsión en el tercer partido y siempre estuvo en todas las grescas que se dieron en las Finales. Por encima de eso, fue uno de las piezas más solventes y regulares de Golden State y elemento imprescindible del quinteto inicial. Promedió 9 puntos, 10,2 rebotes, 4,6 asistencias y 1,6 robos y terminó como el máximo reboteador de los Warriors y el tercero de las Finales.
Zaza Pachulia: centró los focos por ser el protagonista de los cinco saltos iniciales que se dieron en las Finales (ganó tres) y por alguna acción poco deportiva que, sin embargo, no le costó ningún partido de suspensión. A estas alturas no se le va a pedir al georgiano que aporte grandes hojas estadísticas. Su labor es de esas llamadas oscuras, de brega, poco brillante y no siempre reconocida, pero no jugó unas grandes Finales.
Andre Iguodala: el factor Iguodala fue definitorio para el triunfo en el quinto partido y para la conquista del anillo. El MVP de las Finales de 2015 había sido durante los cuatro primeros duelos el mejor en net rating y con él sobre la pista los Warriors siempre salieron favorecidos. Pero la explosión se dio en el Game 5, donde firmó 20 puntos desde el banquillo y un par de acciones espectaculares que minaron la moral rival
Patrick McCaw: vivió su momento en el último encuentro. Fueron 11 minutos muy bien rentabilizados, con 6 puntos que hicieron muchísimo daño en la línea de flotación enemiga. Su labor en el 4-1 l fue reconocida por Steve Kerr tras la conquista del anillo. Excelente último impulso del novato.
David West: el hombre que sacrificó 12,6 millones de dólares por intentar ganar un anillo ya tiene el título de la NBA en sus manos. Veteranía, experiencia y rotación puntual, casi complica la vida a los suyos con un manotazo a Kyrie Irving en el quinto choque que le pudo salir más caro.
Matt Barnes: no ha sido un año sencillo para él, en una carrera a veces tortuosa. Volvió a los Warriors, donde una década antes formó parte del We Believe. Y lo hizo como un jugador muy secundario. Tomó parte en todas las citas de las Finales, pero con minutos muy limitados y un único triple acertado en su haber. Ha sido la pieza menos usada por Kerr, con un total de nueve minutos
Shaun Livingston: El Renacido, parte de esos Warriors campeones en 2015, trabajó muy bien en las oportunidades que tuvo. Siempre desde el banquillo, rentabilizó bien sus oportunidades desde la suplencia para dar oxígeno a sus compañeros.
JaVale McGee: no jugó el último partido. Antes, fogonazos como el del Game 1, con 4 puntos, 4 rebotes, 1 asistencia y 1 tapón en cinco minutos. Su importancia en estas Finales fue reducida, pero JaVale McGee ha sido alguien que tiene su parte de mérito durante todo el curso en lo logrado por los Warriors. Se centró, trabajó bien y aprovechó sus ocasiones.
Ian Clark: de más a menos. Alcanzó su cénit en el 2-0, donde disputó casi 20 minutos (10 puntos, 2 rebotes y 2 asistencias). Luego su presencia menguó, hasta que en el quinto partido no saltó ni siquiera a la pista.
James Michael McAdoo: tres cursos en los Warriors y dos anillos. ¿Se puede pedir más para un jugador de la tercera línea de rotación? Seguramente no. Tiene claro su rol, básicamente, segundos finales antes de que acaben los cuartos para evitar cargar de faltas a otros compañeros o minutos de la basura. Y lo acepta. Todos contentos
Cleveland Cavaliers
LeBron James: hay una imagen que puede ilustrar lo que han sido las Finales 2017 para El Rey. Y es la de un James jugando continuados un contra uno ante Andre Iguodala para intentar, inútilmente, agarrar a Cleveland al quinto partido y al anillo. Esa instantánea da muestra de un LeBron líder, amo y señor de su equipo, primer jugador en la historia en promediar en unas Finales un triple-doble (33,6 puntos, 12 rebotes y 10 asistencias) y líder de la NBA en triples-dobles en las Finales (9). Insuficiente todo ello, sin embargo, para ir más lejos del 4-1.
Kyrie Irving: las Finales 2017 han supuesto su consolidación definitiva como una de las estrellas de la NBA. Perfecto escudero de LeBron, juntos mantuvieron vivas las esperanzas de los Cavaliers con auténticos shows ofensivos. Es el tercer jugador en activo, junto con James y Dwyane Wade en tener dos o más partidos con 40 o más puntos en unas Finales. Sus problemas físicos durante el quinto partido, asistido por el equipo médico de los Cavaliers, dan nota de hasta qué punto tiró del carro el australiano. Jugó 202 minutos, únicamente superado en todas las Finales, entre Cavs y Warriors, por el propio LeBron.
J.R. Smith: su instante fue el del quinto enfrenamiento, donde llegó a ir 5/5 en triples para mantener con vida a Cleveland. De no ser por su eficiencia triplista (terminó con 7/8 y 25 puntos), posiblemente Cleveland se habría ido antes de la noche y de la disputa del anillo.
Kevin Love: Buenas Finales para él, aunque quizá lo que quede en el recuerdo sea el quinto partido. Firmó espectaculares prestaciones como la de los 21 rebotes en la inauguración de la serie, o los 27 puntos en el segundo partido. Fino en triple en la única victoria de los Cavs, en el 4-1 fue de los más señalados. Termina como segundo máximo reboteador de todas las Finales.
Tristan Thompson: si alguien está para rebotear, principalmente, y acaba con menos de 6 rebotes de promedio en las Finales, su actuación debe ser tildada como decepcionante. Uno de los puntos negros de estas Finales. Curry reboteó bastante más que él.
Richard Jefferson: veterano de indiscutibles cualidades, hizo un aceptable servicio como relevo del quinteto inicial. Seguramente, con un banquillo algo más profundo en los Cavaliers, su labor habría sido más reconocida. Fue de los pocos que aportó como suplente en el quinto partido.
Kyle Korver: llegó como especialista en el mercado de invierno y para sustituir al entonces lesionado J.R. Smith. Discretísimo en el tiro de tres, su punto fuerte (5/16), se pudo prodigar algo más en el tiro durante algunos momentos de las Finales, porque gozó de minutos para ello. No ha parecido cómodo desde que sonó el pitido inicial de la serie.
Iman Shumpert: otro que fue de más a menos en cuanto a participación. No fue capital para los intereses de los Cavaliers y terminó por no ofrecer las soluciones que Lue quizá pudiera buscar en el banquillo. En un quinteto inicial sobrecargado de minutos, no halló su lugar cuando estuvo sobre el parqué.
Channing Frye: primero de los veteranos intrascendentes que citaremos a continuación. Jugó un único partido, once minutos, intrascendente todo. Cuando LeBron decía que no eran un “superequipo” quizá se pudiera referir a piezas como esta.
James Jones: siempre ha acompañado a LeBron donde ha ido en los últimos destinos. Pero su participación y papel en los Cavaliers, más allá de esto, cada vez es menos importante. Es el único jugador de todos los que han participado en las Finales que no ha sumado ningún punto.
Deron Williams: fichado con la temporada en curso para dar fondo de armario y veteranía a los Cavaliers, han sido unas Finales desastrosas para él. Llegó a ir 0/12 en tiros en 36 minutos. A pesar de todo, Lue insistió con él, principalmente en el quinto partido, buscando dar reposo a sus estrellas. Williams no respondió, fue un agujero atrás, persiguió sombras y estuvo muy lejos de parecerse al gran jugador que no hace tanto tiempo fue.
Derrick Williams: su llegada fue similar a la de Deron Williams. Rotación, rotación y más rotación puntual. Nada del otro mundo. Jugó minutos sin importancia en tres de los cinco partidos de las Finales y ni siquiera apareció en el quinto.
Dahntay Jones: adquirido justo antes de los playoffs, como sucedió en 2016. Entonces sí sumó para el anillo. Esta vez, minutos de la basura y alguna técnica que le han hecho ser más famoso porque casi se gasta el salario (9.127 dólares) en multas que por su trabajo sobre la cancha.