Masai Ujiri anunció hace semanas que el estilo de juego del equipo debía cambiar irremediablemente. Bien, esa afirmación sigue en pie, pero lo hace bajo una premisa clara: los nuevos Raptors nacerán sin cambiar de entrenador.
Si alguien pensaba que Toronto se planteaba dejar de contar con Dwane Casey, estaba muy equivocado. El presidente del equipo quiere implantar una nueva cultura que les lleve a superar sus actuales límites, pero para ello seguirá confiando en quien les ha conducido a cuatro campañas seguidas de playoffs. Así lo explica el propio interesado:
«Creo que la gente confundió los comentarios de Masai. Tuvimos una reunión antes de que hablase y otras después –con todos los técnicos– en relación a los planes para el próximo año y el reajuste de nuestro estilo. Creo que cada organización debe hacer algo así periódicamente para resetear sus ideas y concentrarse de nuevo», comenta a Raptors Republic.
¿Y Lowry?
Ujiri quiere un nuevo estilo en el que el uno contra uno no sea tan habitual en ataque; sin embargo, difícil va a ser ver unos Raptors que no cuenten en el roster con el mismo backcourt. DeMar DeRozan tiene contrato a largo plazo y Kyle Lowry será agente libre. La cuestión es que si no renuevan al base no tendrán masa salarial suficiente para encontrar un recambio comparable. Con ese panorama solo queda conseguir que estos modifiquen algo su baloncesto y que Casey sea capaz de entrenar de manera diferente. Toronto tiene deberes para verano.