Damian Lillard decide sobre la bocina ante los Kings

Es Dame Time en Milwaukee. Damian Lillard se encargó de dar un nuevo triunfo a los Bucks de la manera que más le gusta, con un triple sobre la bocina de los que hacen estallar pabellones y rompen corazones. El base vivió esta madrugada su momento más brillante desde la llegada a Wisconsin, demostrando una vez su sangre helada en el clutch y su determinación cuando el partido está en el alambre para colocar el 143-142 en el marcador en el momento exacto en que sonaba la bocina, dejando a Sacramento sin tiempo para reaccionar en medio de la fiesta del Fiserv Forum..

Después de que De’Aaron Fox convirtiese el tiro libre que supuso el 140-142, los Bucks se encontraron sin tiempo para planificar ni pensar. Con 5,2 segundos para el final de la prórroga y ninguna posibilidad de pedir tiempo muerto, confiaron en la velocidad de Lillard para llegar a campo rival lo antes posible, dejando que fuera quien sacara de fondo para devolverle el balón en mano a mano. Una vez lo tuvo de vuelta, se fue acercando a su zona de confort, ganó espacio sobre el defensor y probó suerte desde una distancia cercana a los 9 metros. Dentro. Locura.

Tiros libres malditos

No menos loca fue la forma en que se llegó a esta situación, ya que ambos equipos llegaron a tener el partido en su mano y ambos lo dejaron escapar desde el mismo sitio: desde la línea de personal. En el tiempo reglamentario, fueron los Bucks los que llegaron al tramo final con una ventaja de tres puntos, ventaja que decidieron defender haciendo falta en lugar de dejar a los Kings buscar el empate desde el triple. Y los Kings, que no podían dejar a los locales agotar el tiempo, tenían que hacer lo mismo para recuperar la posesión y buscar la igualdad.

Así se inició un duelo de tiros libres en el que Milwaukee, de forma sorprendente, acudió a Giannis Antetokounmpo en lugar de a Lillard, y el griego, pese a estar lejos de ser un especialista en el 4,60, respondió con bastante acierto. Pero en estos momentos, es necesaria una precisión perfecta. Y tras convertir sus tres primeros viajes a la línea, falló el tercero, dejando el marcador con un 128-126 que daba vida a los visitantes, vida que aprovechó Fox para lanzarse hacia el aro y poner el empate a falta de 2 segundos. Y así se llegó a la prórroga.

En esta, fue Sacramento quien más fuerzas demostró, tomando ventaja de la mano de Fox y de Malik Monk que, con 32 y 28 tantos respectivamente, terminaron como máximos anotadores de los suyos. Los Bucks, en segunda noche de back to back, empezaron a pagarlo y comenzaron a quedarse atrás, hasta el punto en que los Kings parecían tener el triunfo casi certificado. Tras un fallo de Lillard, Monk fue enviado a la línea de personal con 137-141 a favor de los visitantes y 18 segundos en el crono, lo que le dio la oportunidad de colocar a los suyos con una ventaja casi definitiva. Sin embargo, tras un encuentro sensacional, el escolta falló los dos lanzamientos. Y acto seguido, un triple de Brook Lopez acortó diferencias con un triple fundamental. Aún quedaba vida en los locales.

Los Kings eligieron entonces que fuera Fox quien recibiese el balón y fuese enviado al 4,60, pero, de la misma manera, el base no estuvo tan preciso como la situación requería y erró su primer tiro libre, haciendo que la ventaja se quedase en tan solo dos puntos. Y entonces, llegó Lillard.

Damian terminó gracias a su triple con 29 puntos, mientras que Giannis Antetokounmpo sumó 27 y logró un triple-doble al alcanzar también 10 rebotes y 10 asistencias. Sin Khris Middleton para completar el Big 3, estuvieron bien apoyados por Malik Beasley y Bobby Portis, que con 23 y 22 tantos respectivamente volvieron a demostrar sus grandes capacidades ofensivas.

La furia de Mike Brown

Los Kings terminaron el partido con Jordi Fernández en el banquillo, pues Mike Brown fue enviado a vestuarios después de estallar contra los árbitros durante el último cuarto. El técnico, furioso, invadió la pista para protestar una acción mientras el partido seguía en marcha, y tuvo incluso que ser contenido por sus jugadores mientras era expulsado, pues parecía haber perdido completamente el control.

Esto condujo a una rueda de prensa no menos memorable que la de Rajakovic, en la que Brown, ordenador en mano, repasó algunas de las acciones del partido y señaló lo que, a su juicio, habían sido inconsistencias en el arbitraje.

«Sé que los árbitros son humanos y van a cometer errores. Pero espero al menos un criterio consistente y algo de comunicación. Y aunque en esto último estuvieron muy bien, a nivel de consistencia podéis ver que hay decisiones que no se entienden».

(Fotografía de portada: Stacy Revere/Getty Images)


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