Las declaraciones de ayer tratando de explicar la humillante derrota que sufrieron los Cavaliers ante los Pistons por 23 puntos de diferencia no fueron suficientes para calmar unas aguas que ya bajaban revueltas.
Ni el juego desplegado, ni el puesto en la clasificación están cumpliendo, por ahora, con las expectativas despertadas por el ‘megaproyecto’ que la gerencia de los Cavs puso en marcha este verano.
A veces dos más dos no son cuatro. Y unir en un mismo vestuario a Irving, James, Love, y otros tantos veteranos de reconocida trayectoria no es sinónimo de éxito inmediato. Las piezas deben ser encoladas, y esa función corresponde esencialmente al entrenador. David Blatt, en su primer año en los banquillos de la NBA, no logra adoptar ese papel de argamasa tan necesario.
En Ohio siguen sin jugar a nada, una de cal por cada dos de arena; ganan por impulsos y por la innegable calidad de su tremendo plantel. Ésto, sumado a su 50% de victorias en los 10 últimos partidos, hace que no sean pocos los dedos acusadores que empiecen a apuntar a Blatt como principal responsable de tan irregular caminar.
¿Sin peso en el vestuario?
De acuerdo con informaciones contrastadas por Marc Stein, de ESPN, en el seno de los Cavaliers comienza a haber serias dudas acerca de la capacidad de Blatt para dirigir el equipo. Dudas acentuadas a raíz de las declaraciones tras el partido del domingo en las que decía que el equipo «había perdido su energía y su competitividad».
Apenas se lleva jugado un tercio del campeonato y, según las fuentes, en Cleveland no quieren precipitarse a la hora de evaluar a su entrenador. Sin embargo, hay muestras de que algo no marcha bien.
A sus 55 años, Blatt, oriundo de Boston y ex entrenador del Maccabi Tel Aviv, no logra hacerse con las riendas de su nuevo elenco.
De acuerdo con las fuentes hay rumores que hablan sobre la falta de química entre Blatt y sus jugadores, quienes prefieren comunicarse con su asistente, Tyronn Lue.
Otro reflejo de la falta de entendimiento lo contemplamos en las declaraciones de LeBron James de hace unas semanas cuando optó, de manera unilateral, por asumir una mayor responsabilidad en los partidos, acto que dio lugar a ocho victorias consecutivas. «No, yo puedo hacerlo por mi cuenta», dijo James sobre su cambio de rol. «Estoy más allá de esos días en los que tenía que preguntar».
El futuro inmediato
La baja para toda la temporada de Anderson Varejao o la lesión de Kyrie Irving por la que ha causado baja los dos últimos choques son los argumentos que esgrime Blatt buscando un pilar de asueto. «Hemos perdido a algunos jugadores muy importantes… en ese momento debemos ser más competitivos, y más determinados, y luchar contra las vicisitudes. No es una excusa. Esta es la realidad. No peleamos lo suficiente para combatir las dificultades que hemos tenido», explicaba el coach a los medios tras la última derrota.
Mañana martes, tendrán una nueva oportunidad de redimirse del bache en el que se hayan sumidos ante los Atlanta Hawks y los 29 puntos de diferencia por los que perdieron el pasado 18 de este mes. No sería mal regalo para LeBron James que, precisamente ese día, cumple 30 años.
Lo que «vende»
Las últimas palabras escuchadas al respecto fueron del propio James, quien aseguraba estar del lado de Blatt. «Él es nuestro entrenador. ¿Qué otro tenemos?», respondía el alero a la pregunta de si el entrenador representaba la dirección deportiva adecuada.
Además, James alegó que todo texto periodístico que apunte a que los jugadores de los Cavs están en contra de su técnico tiene éxito, simplemente, porque «vende».