Embiid quiere a Okafor en sus Sixers

Primera vez que uno de los tres se moja. Quien sino iba a ser. Joel Embiid, a quién no le pesan las verdades ni le impone el protocolo ni mucho menos le intimida la competencia.

Adam Smith, padre de la economía moderna, durante más de doscientos convenció al mundo entero de que, en la competencia, la ambición individual beneficia el bien común. Llegaba entonces, dos centurias después, la mente de un brillante matemático, John Nash, quién bajo su teoría de juegos no cooperativos, revolucionaba el mundo de la economía, la política o incluso la biología evolutiva. Logró demostrar una, hasta entonces, inconcebible sencillez: que para lograr lo mejor para el grupo, uno tenía que hacer lo mejor para sí mismo, y para el grupo.

Así, Russell Crowe, encarnando a Nash en Una Mente Maravillosa, nos hacía darnos cuenta que ninguno debíamos ir a por la rubia del bar si queríamos una noche para recordar. Y así, Joel Embiid, nos explica que los Philadelphia 76ers necesitan a Jahlil Okafor, si triunfar es su objetivo.

Talento irrenunciable

«Tenemos mucho talento, y siento que podemos usar a todo el mundo si queremos llegar a donde aspiramos llegar», ha dicho Embiid en insólitas declaraciones para el Philadelphia Inquirer, justo cuando la fecha que todos tienen en mente,el  23 de febrero, cierre de mercado, se acerca.

«Tenemos mucho talento. Siempre que tengas una suma de talento talento como esta, debes encontrar el modo de hacer que funcione». Esta afirmación nos hace pensar que también incluye al contrapeso de la pintura, Nerlens Noel.

La ecuación siempre fue de dos incógnitas. Okafor y Noel, Noel y Embiid, Embiid y Okafor. Nunca Embiid, Okafor y Noel.

Con el tan esperado debut e inmediata explosión del camerunés, automáticamente se despejó la primera duda; el pívot de Kansas sin duda sería uno de los elegidos. Comenzaba entonces una batalla interna y un ejercicio de ponderación: el talento de Jahlil versus el poderío defensivo y aéreo de Nerlens. Parecía imponerse el segundo. De hecho, estaba hecho.

Pero entonces, lo obvio empezó a dejar de serlo, y el vuelo con destino ¿New Orleans, Chicago?, se demoraba. Típico de los aeorpuertos. Tanto, que Okafor abandonaba la puerta de embarque y volvía a deshacer la maleta por unos días. Se reincorporaba con normalidad al equipo, a espera de nuevas.

¿Podría funcionar?

Y ahora, el ya jugador franquicia y piedra angular del proyecto de los 76ers, se pronuncia para complicar una operación cuya resolución era cuestión de días. ¿Realmente es posible resolver esta ecuación de tres incógnitas de un modo que los tres valores, una vez despejados, sigan residiendo en Philly?

Bret Brown, Bryan Colangelo, no querría ser yo quien sostuviera esta patata recalentada. Más aún sabiendo que esta función está incompleta. Pues tres incógnitas y dos parámetros. Porque Saric y Simmons, también demandan su cuota de atención.


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