A Joel Embiid le han sido suficientes 31 partidos de temporada regular para convencer a su franquicia de que era merecedor de una renovación de contrato por cinco años y 148 millones de dólares. El pívot camerunés ya piensa en devolverles el favor. Quiere entregarse a ellos de por vida.
Así lo revela Molly Sullivan, de NBC Sports Philadelphia, a quién Embiid le aseguró el pasado sábado que, si de él dependiese, no tiene la intención de cambiar de institución en toda su carrera deportiva en la NBA. Su deseo es el de prolongar su estancia en los 76ers mediante contratos de larga y media duración hasta el final. Tiene claro quiénes le inspiran en este aspecto. Uno de ellos ha sido su rival en pista este fin de semana. Un alemán de sombrero vaquero.
» Quiero ser Kobe Bryant. Quiero ser Tim Duncan. Quiero ser Dirk Nowitzki», fueron sus palabras según la periodista.
Kobe: 20 temporadas. Tim: 19 temporadas. Dirk: vigésima temporada y sumando.
Adicto desde el primer día
Lo cierto es que la implicación del center con la ciudad y la franquicia es total desde el instante de su llegada; y eso que tardó dos años en debutar. Pero a través de Twitter, de actos institucionales y de perpetuarse como el primer apoyo de sus compañeros desde la primera grada de animación tras el banquillo, ha logrado que ese amor por el grupo se vuelva recíproco.
La afición lo ama. Él es en gran parte el pilar de carga sobre el que se sustenta The Process. Alienta a las masas, enciende a sus compañeros y revitaliza los partidos desde que pone el primero de sus pies sobre el parquet. Cuando está pista, el equipo rezuma buena salud.
En su curso de novato, aunque jugando sólo la mitad del mismo, ha sido el único rookie en superar 20 puntos, 7 rebotes y 2 tapones de promedio desde que lo hiciera Duncan (1997-98), justo uno de esos buques insignias a los que quiere emular. Hoy, con cuatro partidos disputados en la actual temporada, refleja una hoja estadística de 20 puntos, 10,5 rebotes, 2,3 asistencias y 1,3 tapones; además lanzando con 50,8% de acierto en tiros de campo.
Una apuesta «arriesgada»
Los Sixers lo eligieron en el número 3 del Draft cuando previamente Wolves y Bucks desconfiaron de su físico y «aseguraron» con Andrew Wiggins y Jabari Parker respectivamente.
Embiid es consciente de que en Philly han arriesgado mucho por él, esperando y esperando. Y confiando. Por él han pasado de Nerlens Noel y están a punto de dar una patada a Jahlil Okafor. Él y no otro ha sido el elegido como su nuevo rey de la pintura; Embiid quiere agradecerles el gesto con un compromiso a perpetuidad.