Sí, hubo bajas por lesión. Pero algo también hicieron los Lakers para llevarse el triunfo de anoche ante los Cleveland Cavaliers. Julius Randle armó la marimorena y volvió a desafiar a los que creen que su renovación «no cabe» al lado de los agentes libres que han de llegar este verano a L.A. Otro miembro de los Lakers también estuvo de quitarse el sombrero. Isaiah Thomas.
El ex de los Celtics y Cavs, nunca llegó a rendir en el segundo equipo como lo había hecho en el primero. La cadera y la falta de tiempo y oportunidades, no se lo permitieron. Pero Thomas va recuperando el tono físico, y aunque todavía está en fase de aclimatación con sus nuevos compañeros, ya va dando ligeras muestras de lo que todavía es perfectamente capaz de hacer a nivel individual.
Anoche, se marchó hasta los 20 puntos, 5 rebotes, 9 asistencias y 1 robo, para dejar a su equipo con un +18 con él en pista. En lo que va de marzo ha disputado seis partidos con la camiseta oro y púrpura, con promedios que no paran de crecer: 18,7 puntos y 7 asistencias en 29,2 minutos saliendo desde el banquillo.
Su buen papel frente a Cleveland, para el point guard no fue ninguna clase de reivindicación. Simplemente hizo aquello a lo que está acostumbrado cuando el físico no le traiciona. «No necesito demostrar nada a nadie», aseveró en el pospartido y recoge ESPN. «Ellos saben lo que soy capaz de hacer. Solo pude jugar 15 partidos con ellos [los Cavs]. El mundo sabe lo que puedo hacer y lo que puedo traer al parquet. Me lo tomé solo como un partido más; sólo quería ganar, e hicimos un gran trabajo ganando a un gran equipo».
¿Qué hacer en julio?
Y ahora el dilema de los angelinos para el verano. Si Thomas —quien será agente libre— prolonga su buen estado de forma y demuestra que la lesión de cadera es agua pasada, no les resultará fácil desprenderse de un jugador de todavía 29 años (recién cumplidos), y que hace meses llevaba a los Celtics en volandas entre cantos de MVP.
En Lakerland empieza a urgir reencontrarse con los playoffs. Eso por un lado. Por otro, un interrogante: ¿Necesita o no necesita Lonzo Ball un playmaker mentor?