Kobe: «Los Lakers tienen un futuro brillante. Sólo hay que ser paciente»

Kobe Bryant ha vuelto a pasar por el show de Jimmy Kimmel, lo que significa que tenemos declaraciones jugosas. Kimmel nos tiene acostumbrado a sacar lo mejor de sus invitados, y Kobe (no es la primera vez que le visita) se ha mostrado de lo más locuaz y relajado.

Los temas de conversación fueron saltando de uno a otro —aconsejamos ver los vídeos, subtitulados—. Su eterna temporada de despedida, su nueva vida de jubilado, su improvisado trabajo como entrenador de sus hijas, la retirada de sus dos camisetas, un balón de básquet como peluche predilecto al que abrazar, un poco de Michael Jordan (su hermano mayor), otro poco de Magic Johnson (el mejor laker de la historia), los Lakers actuales…

Cimientos fuertes

Y aquí nos detenemos. Porque lanzó un mensaje importante en un momento en que puede hacer mucho bien a su equipo de toda la vida, justo cuando atraviesan el momento más difícil del curso. A día de hoy, el conjunto angelino es último de su conferencia y con el segundo peor balance de la liga, solo por delante de los Hawks.

Lo que empezó como un octubre de buenas sensaciones y tímidas esperanzas de playoffs, se ha convertido en otro año que amenaza con convertirse en una lección inacabable de cómo aprender a perder. Sólo una victoria para la joven camada en los diez últimos encuentros.

«Tienen un futuro brillante. Sólo hay que ser pacientes. Lo último que quieres en estos momentos es romper un equipo y ver como dentro de cuatro o cinco años están triunfando en algún otro lugar», ha dicho Kobe a Kimmel.

Contacto permanente…

No hablaba por hablar. Kobe rara vez hace eso, y nunca ha sido de los que regala cumplidos ni infunde ánimos gratuitos. Vivió de primera mano la entrega del testigo.

Él mismo dio las primeras lecciones en plena cancha a los nuevos valores. Julius Randle, Kordan Clarkson, Larry Nance Jr… supieron lo que es calzarse las zapatillas y jugar junto a La Mamba. Y a ellos ahora hay que sumar un par de números 2 del Draft (Ball e Ingram) y otro que juega como si lo fuera (Kyle Kuzma).

Ya se traspasó a D’Angelo Russell por librarse de Mozgov —aunque con ello llegara el bendito pick 27— y eso es algo que el ’24’ no quiere que vuelva a ocurrir. Ver como dentro de tres o cuatro años Russell es nominado para el All-Star Game en representación de un conjunto que no son los Lakers.

Entiende que hay la materia prima necesaria, y ahora es el momento de dejarla desarrollarse y crecer. Si entran las prisas, todo habrá sido en vano. Porque además del talento —ya nos advertía que con sólo paciencia no era suficiente— también ve la necesaria motivación.

Interrogado por el presentador sobre si mantiene a día de hoy el contacto con alguno de estos herederos suyos, el ex escolta asegura que «habla a menudo con Julius Randle y Kyle Kuzma».

… a todos los niveles

Kobe confiesa que también intercambiar impresiones de vez en cuando con Rob [Pelinka], un viejo amigo de la familia además de  general manager de los Lakers.

Al presidente de la franquicia sabemos que también lo tiene en buena consideración — «He copiado tanto de él, que sin él mi juego no sería lo mismo». Magic, en un altar. De leyenda a leyenda—. Y con Luke Walton conquistó un par anillos. La Mamba conoce en profundidad el proyecto, y cree que hay motivos sólidos para tener fe en él.


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