Kyrie Irving es puro espectáculo. Verle driblar una delicia, observarle penetrar una gozada, y contemplarle al finalizar, con dos defensas y cinco brazos encima, un auténtico deleite.
Irving se ha ceñido siempre desde que llegó a la liga a ese perfil de base posmoderno: el base anotador.
Por ello, con él en pista necesitabas alguien más en tu equipo que cubriera esa importante laguna que padecía el point guard en su juego: la capacidad de dirigir. La vuelta de LeBron James a los Cavaliers, literalmente, no le pudo venir mejor. Toda responsabilidad de repartir juego quedaba delegada desde ese instante en el ’23’, gracias a su genial IQ y su capacidad para el pase.
Sin embargo, y he aquí lo curioso, justo con LeBron en sus filas es cuando Irving parece que está empezando a dar el paso. El que le faltaba para convertirse en un jugador completamente maduro y, ya sí con todas las letras, situado en el podio de los mejores bases de la liga.
Aprendiendo a asistir
Era algo que iba llamando la atención en el boxscore de final de partidos de los Cavs últimamente. Un ratio de asistencias que se acercaba a la decena por partido; algo impropio en Kyrie. Y finalmente ESPN, también percatándose de esto, ha sacado a relucir el dato. Irving acaba de cerrar el mes de diciembre como el más prolífico en asistencias de toda —cinco años— su carrera NBA.
En las dos últimas semanas ha alcanzado los dos dígitos en asistencias hasta en cinco ocasiones, quedándole una media mensual de 7,8. Una cifra que supera por mucho las 6.0 que promedia este curso y se mofa en las 4,7 del ejercicio 2015-16.
LeBron lo sabe
«Está habiendo una evolución y crecimiento en mi point guard», ha dicho precisamente el mejor facilitador del equipo —8,7 asistencias este curso—, James. «Está estudiando el juego, está comprendiendo los partidos, y ahora realmente está empezando a jugar de manera involucrada en ellos. Leyendo y reaccionando a cada momento, volviéndose un poco mejor cada día, mejorando cada mes. Nos lo está demostrando».
El base de los Cavs ha estado analizando una categoría de vídeos en concreto. Aquellos que corresponden a los Miami Heat de la era del Big Three. Irving se ha fijado atentamente en la conexión que tenían por entonces Dywane Wade y LeBron. Estos dos llegaron a entenderse a la perfección en la cancha con sólo mirarse. Sus contraataques se resolvían en menos de tres segundos.
Y el estudio va dando sus frutos. Varios de los mates y acciones que vimos en LeBron el pasado partido ante los Warriors, nacieron en acciones similares a las que tenía con Wade en Florida. Sólo que en este caso, Dywane era Kyrie. Siempre listo para ver la cabalgada en estampida de The King.
Hallando la química
Solo este dato ya nos habla de como estas dos partículas van encontrando su conexión y haciéndose cada vez más inseparables y dependientes en pista. Durante el curso pasado, Irving dio un total de 43 pases de canasta a su compañero James. Por contra, en lo que llevamos del actual, ya suma 42.
Es decir, en el ejercicio anterior 1 de cada 17 canastas del alero venía precedida de asistencia de su base estrella. Ahora ya es una de cada seis. Magnífica evolución.
Lue, el freno
No obstante, aquí viene la postura para la polémica. Tyronn Lue, su entrenador, no es muy partidario ni entusiasta de este nuevo y más versátil Kyrie.
Para él la prioridad sigue estando clara. Primero anotar y luego —ya si eso— pasar. «Siempre he dicho que no puede ralentizar y controlar el juego como Jason Kidd o Magic Johnson o algún otro de estos», ha dicho Lue. «Tiene que preocuparse de anotar, y luego, cuando se adentra en la pintura, ahí es entonces cuando sus líneas de pase se abren».
Un detractor —muy relevante—, pero la mayor parte intuyo que defensores de este nuevo Irving. Al crossover, al cluch, al tiro de tres y a la penetración ahora se sumaría la capacidad adquirida y selectiva de dirigir el juego con solvencia.
A un Irving enorme en lo individual, se añadiría por fin esa capacidad de hacer grandes también a sus compañeros.
No imagino ni entiendo, realmente, qué equipo o técnico no querría a este Irving 2.0.