Los Chicago Bulls completaron uno de los movimientos más importantes del cierre de mercado con la incorporación de Nikola Vucevic. Un movimiento que ha servido para emparejar al center con otro All-Star como Zach LaVine, con la clara intención de convertir a los de Illinois en una franquicia competitiva dentro de la Conferencia Este.
No obstante, todo movimiento de cierta magnitud suele dejar damnificados. Ya sea por ser utilizados como moneda de cambio o por ver afectados sus minutos en pista. En esta ocasión, Lauri Markkanen ha sido el encargado de pagar los platos rotos al ser desplazado al banquillo. Una decisión que comprende pero que no le ha sentado nada bien.
«Sé que soy un titular en esta liga», declaró el interior finés al medio NBC Sports Chicago. «El entrenador tiene mucho que manejar. Personalmente estoy decepcionado pero no haré otra cosa que no sea apoyar al equipo. Nunca he cuestionado nada de lo que Billy ha hecho. Soy un chico de grupo y lo entiendo.»
Las palabras de Markkanen están más próximas a la frustración y el deseo de confirmación que al propio cuestionamiento de las decisiones técnicas. El ala-pívot no ha tenido un arranque de carrera fácil y ahora que parecía asentarse en la regularidad, un nuevo obstáculo se ha interpuesto en su desarrollo.
Lo cierto es que sobre el papel resulta un movimiento lógico. Billy Donovan situó a Markkanen al lado de Vucevic en el debut de este, con resultados desastrosos ante San Antonio. El técnico reculó y aupó a Thaddeus Young al quinteto inicial junto al montenegrino. Un nuevo compromiso ante los Warriors que se saldó con otra derrota pero con mejores sensaciones. Cabe destacar que, en sus 195 partidos disputados en la NBA hasta el momento, Lauri tan solo ha sido suplente en dos de ellos.
Así, esta preocupación presenta una doble lectura para Markkanen: el jugador se dirige a la agencia libre restringida y de su rendimiento en estos meses dependerá mucho su nuevo contrato en la NBA.
(Fotografía de portada de Jonathan Daniel/Getty Images)