Qué poco creíble resulta afirmar que alguien puede lucir el cartel de ‘Jugador franquicia’ a sus 38 años, pero que verdad más irrefutable es en el caso de los Dallas Mavericks y Dirk Nowitzki. ¡Cómo echan de menos en Texas al alemán! 2-7 malviven en el Oeste, penúltimos nada menos. Todo un equipo aspirante serio a Playoffs. Necesitan al teutón; necesitan a Robin Hood y su step-back.
Unas ligeras molestias en el tendón de Aquiles que a priori iban a tener apartado al buque insignia de los Mavs una semana, ya va por los diez días… y sumando. Dirk aprieta y quiere volver lo antes posible. Pero en el staff técnico llaman a la prudencia. No quieren pagar un precio más alto todavía.
«Él quiere volver, desde luego», reconoce su entrenador Rick Carlisle para el Dallas Morning News. «Pero él entiende y nosotros entendemos que debe estar totalmente recuperado antes de volver. No queremos que regrese sólo para uno o dos partidos y luego deba sentarse otra semana».
Deron, mismo cáliz
Nowitzki progresa lenta pero adecuadamente. Ya se ha probado en rutinas de 3 vs 3, y en Boston se le ha visto entrenar de manera suave. Y todo esto junto a Deron Williams; otro que anda renqueante y que tras la mejor muñeca que habita el estado es el veterano más importante de la plantilla. D-Will tampoco sabe lo que es jugar desde hace cuatro partidos debido a una distensión en el tendón de la corva.
«Van progresando, pero no tengo fecha de vuelta. Aunque cada día hacen un poquito más, y eso es una buena señal».
No sólo sin su base titular están los Mavs. Devin Harris es otro que está out, y en su caso, debido a una lesión en el dedo pulgar del pie, la recuperación llevará más tiempo.
Los siguientes en la rotación, es decir, J.J. Barea y Seth Curry, hacen lo que pueden. Harrison Barnes aún empieza a lidiar con su nuevo rol de estrella naciente.
Pero está claro que, por ahora, sin Deron y, sobre todo, sin Dirk, no es suficiente.