Gesto rebelde de Rodney Hood: se negó a jugar el último cuarto

‘Cómo ensuciar una serie perfecta’; por Rodney Hood. Impresentable actitud y gesto del jugador, de haber sucedido tal y como relatan las filtraciones.

Una síntesis rápida de los hechos. Ayer, los Cavaliers demostraban que vuelven a ser favoritos a todo, certificando la barrida ante los campeones del Este en regular season, los Toronto Raptors. 4-0 y más descansados que nunca rumbo a las Finales de Conferencia.

Además, no hubo ni una brizna de esperanza para el motín. La paliza fue rotunda. Los Cavs vencieron, ante su público, por 128 a 93; es decir, un diferencial de +35. Pero este cráter en el marcador no se abrió en los últimos minutos, fruto de que el rival bajara los brazos. Para nada.

A falta de 7:38 del último cuarto, el margen ya era de 30 puntos. Y ahí Tyron Lue quiso ingresar en cancha a un jugador hasta el momento inédito en toda la noche: Rodney Hood.

Pues bien, Rodney Hood no llegó a jugar; así lo decidió el propio jugador unilateralmente. Podríamos adentrarnos en una explicación cargada de eufemismos, o bien describirla como lo que realmente fue: una auténtica pataleta.

Algo impropio de un profesional del baloncesto de 25 años, y cuyo gesto le puede salir muy, pero muy caro. Literalmente. Porque resulta que Hood será agente libre restringido este verano. Se acerca a la posibilidad de firmar su primer ‘gran contrato’ en la NBA. Veremos si tras este episodio, no tenemos que ahorrarnos lo de ‘gran‘.

Desinflándose desde el traspaso

Lo cierto es que si bien la sonrisa de Jae Crawder y los Jazz se amplió sobremanera desde que se produjo el cambio de aires, la de Hood, por mucho que cambiara una franquicia que parecía fuera de playoffs por otra seria candidata al anillo, no ha hecho más que menguar.

Llegaba para ser el revulsivo y primera espada anotadora de la segunda unidad. Sus 16,8 puntos de media en sus últimos meses en Utah, lo avalaban.

Veamos la evolución en sus minutos desde que los Cavaliers le adquirieran en el mercado de invierno. Los seis partidos que disputó con ellos en febrero, en plena fase de aclimatación, los saldó con 25,6 minutos. En marzo subieron hasta los 26. Y en abril empezaba la tenue cuesta abajo: 23,3 minutos.

Fuga de protagonismo

En playoffs, el desplome ha sido absoluto. 18,9 de media en primera ronda ante Indiana Pacers, y apenas 13 en el paseo ante Toronto.

La puntilla la daba Lue cuando este mismo lunes, realizaba un movimiento que dejaba a las claras que Hood había perdido su hueco en la rotación. Los minutos que el ex de los Jazz venía recibiendo en la primera mitad, los volcó sobre Cedi Osmam. El partido llegaba al descanso y Hood todavía no se había desprendido del chándal.

Con el choque (y la serie) ganada, Lue quiso dar la oportunidad al jugador de reivindicarse. Siete minutos y medio son mucho más que el garbage time. Tiempo de sobra para dejar un buen sabor de boca en técnico y aficionados. Pero Hood no quiso.

Rebelde sin causa

Informan múltiples fuentes de The Athletic que el alero se negó a saltar al parqué cuando Lue por fin le dio luz verde, a pesar de que varios veteranos estuvieron tratando de convencerle de que lo hiciera.  Ante su terca negativa, el coach tuvo que recurrir a José Manuel Calderón para que ocupara su puesto en cancha.

El  partido concluyó y con él la eliminatoria, y mientras los jugadores aún se abrazaban y deseaban suerte en el centro del rectángulo, Hood ya había desaparecido por la boca de los vestuarios.

Esto en cuando al partido y a la polémica en sí. Ahora una visión más holística de lo que están siendo los primeros playoffs del forward.

Puntería perdida

Desastrosos. Los porcentajes caen como la espuma desde que se produjo el traspaso. En triples cayeron casi un 4% de Utah a Cleveland (del 38,9% al 35,2%), y brotan por las antípodas en estos playoffs: 2/15; o lo que es lo mismo, un 13,3%.

En tiros de campo, mientras en temporada regular (en ambos equipos) se había mantenido por encima del 40%, ahora su falta de confianza lo penaliza hasta el 39,6%. Su aportación total en ataque se limita a 4,6 puntos de promedio.

De hecho, Lue, consciente de todo esto, ya nos lanzaba una pista de lo que podía ocurrir en los prolegómenos del Game 4. «Rodney podría estar mejor. Él lo sabe», dejó caer.

Desvelan también las fuentes de The Athletic que incluso tras el partido, el general manager de la franquicia, Koby Altman, tuvo la deferencia de buscar a Hood para así darle la oportunidad de dar su versión de los hechos. Pero de acuerdo a fuentes que estuvieron presentes en la conversación, Altman no se encontró con justificación alguna; tan solo con un jugador haciendo pucheros.

«Esto son los playoffs. Estamos tratando de ganar el campeonato. Esto no va sobre ti», comentó a The Athletic sobre el altercado otro jugador del equipo.

¿Sanción a la vista?

Negarse a saltar a la cancha es motivo más que de sobra para recibir una suspensión y una multa. Ya incluso in situ, en el momento de los hechos, Lue se mostró razonable (casi dócil) ante un arrebato inaceptable. Una actitud que no compartieron muchos de sus compañeros de equipo y luego le recriminaron en las duchas.

Quizás en Ohio debieron haberlo visto venir…

Porque para rematar la faena, cuando comenzaron los playoffs, un ejecutivo de la liga ajeno a los Cavs realizó un vaticinio también al citado medio: «[Hood] no está hecho para esto». Se refería a la postemporada. Y al parecer no iba muy desencaminado.


EXTRA NBAMANIACS

Nuestro trabajo en nbamaniacs es apoyado por lectores como tú. Conviértete en suscriptor para acceder a beneficios exclusivos: artículos especiales, newsletter, podcast, toda la web sin publicidad y una COMUNIDAD exclusiva en Discord para redactores y suscriptores.