Uno podría pensar que con la adquisición de Jimmy Butler, los Minnesota Timberwolves gozarían ya de tres anotadores fluidos en el quinteto titular, como serían Karl-Anthony Towns, Andrew Wiggins y el propio Butler. Así pues, tener un jugador en pista cuya mayor don fuera proveer de balones en situaciones inmejorables para explotar el potencial ofensivo de sus compañeros, parece tener sentido.
No es eso lo que piensa la directiva lobuna. O eso es al menos lo que indican las fuentes de Marc Stein, de ESPN. Con la salida de Zach LaVine, los Wolves han perdido a un tirador de élite capaz de anotar desde cualquier posición. Butler se ha convertido en los últimos años en un gran anotador, pero no es un tirador; no es un jugador de catch&shot.
De hecho, Butler es un jugador al que le gusta tener la pelota. La amasa e inicia varias jugadas. Hemos visto, además, que no es manco en lo de repartir juego. Cuando los Chicago Bulls perdieron a Rose durante una parte de la competición hace dos cursos, fue Jimmy quien ejerció de playmaker, y durante aquel mes se acercó a las diez asistencias de promedio. Puede que por ello, en la cabeza de Thibs se esté cociendo la idea de buscar un base de perfil distinto al del español.
Porcentajes
Hablemos de porcentajes. Particularmente de porcentajes de tres. Y lo haremos perjudicando a Ricky, es decir, hablando de la totalidad de la temporada de los Wolves, incluyendo su primera mitad: esa en la que por orden de Thibs, su base apenas ejercía de base y la efectividad de sus compañeros se resentía terriblemente. En la segunda parte de la temporada (post All-Star), todo se invirtió, y los Wolves, a nivel individual y de conjunto, lo notaron.
Tiro de tres 2016/17
- Towns: 36,7% (43,4% post-All-Star).
- Wiggins: 35,6% (36% post All-Star).
- Rubio: 30,6% (35,3% post All-Star).
- Butler: 36,7%.
Ninguno supera la barrera del 40% a partir de la cuál podríamos empezar a calificar a los tiradores de élite. Sólo Towns la rebasa en la segunda parte del curso. Sin embargo, tampoco, ninguno excepto Ricky, está por debajo del 35%, cifra en la que se mueve el acierto medio de la Liga en tiros de tres.
Está claro que estamos ante un coste de oportunidad mucho más complejo que esta mera estadística. Hemos visto de lo que son capaces los Wolves con el del Masnou a toda máquina y la plantilla compenetrada. Con una estrella del calibre de Butler, el techo del equipo es difícil de adivinar, pero se presume alto.
Coste de oportunidad
No obstante también hay que reconocer que Ricky nunca será un tirador de primer nivel y que cambiando el sistema de juego podría encajar mejor otro estilo de point guard. Sin el español se perderá IQ y defensa incansable, pero a cambio se puede ganar defensas más abiertas del rival y cierta pólvora perimetral y penetración.
Los Pacers ya pensaban en Ricky si George Hill no opotara por prolongar su contrato, y Hill parece justo el jugador idóneo para ese sistema de delegación y tiro que podría estar revoloteando en la cabeza de Thibodeau. Pero por ahora, todo, son sólo rumores.
Elegir es renunciar.