Cinco contra cinco: lo mejor y lo peor de la quinta semana

Los destacados

Draymond Green: cuando el nuevo canon de someter la NBA, conocido por todos como Stephen Curry, no pueda estar en nuestro ‘Cinco contra cinco’, es menester incluir a otro jugador de los Golden State Warriors. Y lo es porque su contador de grandeza ya está en 18-0 y los Warriors siguen apilando cadáveres cada nueva batida. Esta semana, en nuestro resumen de individualidades destacadas toca inclinarse ante Draymond Green, un número 35 del Draft rescatado que, en cuatro años, es ya uno de los interiores más determinantes de la NBA.

Su visión de juego es difícilmente conocida en ningún otro jugador de pintura en la liga (es él quien más juego reparte en el equipo ahora de Luke Walton tras pick and roll con Curry). Su intensidad, su defensa, así como automatismos para vivir de su anotación interior o exterior le hacen un jugador único. La noche del sábado hizo su segundo triple-doble seguido, lo que nadie hacía en la Bahía desde Wilt Chamberlain en 1964. Además, Green mejora sus métricas del año pasado en puntos –12,8–, asistencias –7,3– y tapones –1,5–. Sin duda, el arma menos conocida y de las más certeras de los actuales Warriors.

Kevin Durant: si las lenguas más viperinas insinuaban que el reinado de Kevin Durant en la NBA había dejado de ser tal, o que la antorcha de los Thunder nunca más sería el dorsal ’35’, Durant ha sofocado el incendio tras perderse la última semana y media de competición por lesión. Desde que ha vuelto, más de 30 puntos de media, porcentajes de tiro de 61,1 y las tres victorias seguidas que eso ha supuesto para los Thunder. Durant y sus mejores desahogos vuelven a copar portadas.

Paul George: que si las fracturas de tibia rompen rendimientos pretéritos para siempre, que si los Pacers no están ni para Playoffs… Hasta que Paul George está dando su versión de los hechos: los mejores números de su carrera  en todas las extensiones del juego y el segundo mejor equipo del Este tras los Cavaliers de LeBron. El Jugador Más Mejorado del 2013 podría ser, si a Curry no le diera por ahí cada noche, en candidato al MVP de la temporada regular. Su vuelta a la élite es completa y más engrasada que antes de la grave lesión.

Kawhi Leonard: ya sí este año, Kawhi Leonard es el máximo exponente de una dinastía reinventada. La de Kawhi es la historia de cómo llegar a la NBA con un rol de nicho –especialista en defensa–, pasar dos años con un nivel aceptable y con 23 llegar a MVP de unas Finales y uno de los mejores de la liga en tasaciones globales. El subidón anotador de Leonard esta temporada es de una talla de casi de seis puntos –de 16,5 a 22,0— respecto al curso pasado, y su jerarquía en los esquemas de Popovich también ha crecido. Sirva como aval de su ascenso de pelotón que ha anotado al menos 20 puntos en 10 de los 15 partidos disputados hasta ahora. La pasada semana, 24, 26, 25 y 22.

Kyle Korver: aunque Atlanta se haya dormido en los laureles en los últimos partidos, Kyle Korver forma parte ya del contenido histórico más selector que la NBA va actualizando cada año. El ‘solamente un tirador’ que llegó a la NBA desde la segunda ronda y puesto 51 del Draft del 2003, es ya el décimo mejor triplista de la NBA.

Aunque, por detrás de todos los ahora canonizados desde tres puntos, Curry esté avasallando a todos y peligre en pocos años el récord absoluto de Ray Allen, Korver superó esta semana a Pedja Stojakovic como último miembro de los diez mejores lanzadores de precisión en la historia de la liga.

 Las decepciones

Jahlil Okafor: Aunque sus prestaciones deportivas estén intactas, Jahlil Okafor ha fallado a la NBA. El flamante novato de los 76ers se vio envuelto en una reyerta a la salida de un club en Boston la pasada semana y también en un caso de exceso de velocidad con un vehículo.

Qué duda cabe que la NBA golpeará el martillo con dureza, también Philadelphia alegó que someterá el jugador a un castigo. Quizá, aunque la culpa sea solo suya, las 17 derrotas seguidas de los Sixers y el caldo derrotista que arrastra la franquicia durante años no es el ideal para un novato con aires victoriosos, pero un profesional de la NBA tiene vetada la violencia a todos los niveles.

Ty Lawson: si su alistamiento en los Rockets parecía el empujón que le faltaba al grupo erigido por Daryl Morey, durante el comienzo de temporada, la moneda Lawson está saliendo cruz. Hace una semana, le situábamos en esta lista por quedar relegado al banquillo, y ahora vuelve a repetir entre los ‘apestados’ debido a su decreciente protagonismo en Houston Rockets. No asiste, no anota y apenas llega a los 17 minutos de juego últimamente. Hasta seis jugadores de los Rockets aportan más puntos por partido que él. Y lo peor, que su empadronamiento como decepción empieza a no ser sorprendente.

Nick Young: Aunque personalizamos el fracaso momentáneo de los Lakers en la figura de Young –la semana pasada le tocó a un Kobe Bryant que sigue con varias vendas de cara a canasta– el precipicio está alcanzando todos los estratos de los Lakers.

Young también tiene torcido el telescopio y, con él, los Lakers acumulan cinco derrotas seguidas y nueve en los últimos diez partidos. Aunque en verano, se lavaron la cara tímidamente, la franquicia púrpura y oro sigue encallada en una derrota de larga duración.

Emanuel Mudiay: aunque el futuro de Denver pasa de manera directa por sus manos, el novato de los Nuggets tiene mucho por absorber todavía en la toma de decisiones y el IQ que todo gran jugador NBA necesita. Muestra de ello son sus porcentajes de tiro de esta pasada semana –30,7 en lanzamientos de campo–. Pero tampoco hay que criminalizar a Mudiay por ello. Todavía está en su primer año en la NBA y en Denver tiene el aire perfecto y necesario para tomar apuntes e ir superando defectos.

John Wall: un contrato de jugador franquicia –y sus correspondientes de 15 a 17 millones de dólares por temporada– entrañan la responsabilidad de respirar hondo cuando al resto del equipo se le cale el aliento. En el último encuentro de los Wizards, John Wall no hizo honor al auto-proclamado reinado del base y número 1 del Draft del 2010: 6 de 25 en tiros de campo. Un día antes, el viernes, 4 de 11, y en el encuentro inmediatamente anterior, 6 de 18. Todas ellas derrotas en unos Wizards a los que se les han apagado las luces últimamente, con cuatro derrotas seguidas.


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