El 3-1 de 2016 y el 3-1 de 2017: diferencias y similitudes

Ha pasado un año, doces meses de NBA, triples-dobles por doquier, una Liga Regular de lo más espectacular que se recuerda en cuanto a logros individuales, récords aquí y allí para, finalmente, con unos Warriors más efectivos que en 2016 en los playoffs, volver a encontrarnos con un 3-1 en las Finales. Mismo marcador en la serie, mismos rivales, algunas similitudes con el 3-1 de hace 365 días y también algunas diferencias. Vamos con ellas.

El factor Durant

La llegada de KD a los Warriors, orquestada a las pocas horas de que Golden State perdiera el anillo de 2016, ha sido un elemento diferencial que ha marcado el desarrollo de las Finales. El triple en el tercer partido, para poner el 3-0 en el marcador, fue el punto álgido del hombre que parce destinado, si triunfan los Warriors, a ser el MVP.  Bastantes veces nos hemos preguntado ya en estas Finales qué habría sido de los Warriors 2016 si hubiera estado ya Durant. Pero, definitivamente, eso es hacer basket ficción. La realidad es que ahora promedia 34,2 puntos y 8,5 rebotes en las Finales. Y, salvo en la monstruosa exhibición ofensiva de los Cavaliers en el Game 4, a los de Steve Kerr les ha ido muy bien con Durantula de líder.

Unos Warriors más fuertes en playoffs

Si en la 2015/16 los Warriors se presentaron en las eliminatorias por el título con el mejor récord de la historia de la Temporada Regular (73-9), esta vez los de Oakland priorizaron más descansar que arrasar en la Liga Regular. Principalmente, buscaban evitar el desplome de 2016, en cuyos playoffs perdieron el mismo número de encuentros que en toda la Liga Regular (9). Ahora, a las Finales, llegaron con 12-0 de balance y lo prolongaron hasta el récord de 15-0, el mayor obtenido por una franquicia en toda la historia de la NBA. Cleveland contrarresta con el cuarto más anotador, la primera parte más encestadora y el récord de triples en unas Finales.

Mismo inicio, pero diferentes 3-1

En 2016, las Finales también empezaron 2-0 para los Warriors, al igual que acaba de suceder en 2017. Y también se llegó al quinto partido, de vuelta en Oakland, con 3-1 para Golden State. Sin embargo, la forma en que se recibe en Game 5 es distinta. Así, un año atrás, los Warriors se colocaban 2-0, luego los Cavaliers pondrían el 2-1 y los Warriors ganarían el cuarto duelo.

Ahora, ese 3-1 se produce después de un 3-0 casi decisivo de los Warriors, sólo parado por el espectáculo de LeBron James, Kyrie Irving y de los Cavaliers en general para alargar un poco las las Finales. El Rey confía. «Podemos hacerlo».

Los Cavaliers, ante otra remontada histórica

Nadie en unas Finales había remontado un 3-1 en contra. Cleveland lo consiguió hacer en 2016. Superado el muro de la historia, esta temporada se han puesto delante de otro más alto: ningún equipo ha dado la vuelta a un 3-0, no sólo en las Finales, sino en los playoffs. Por tanto, doble reto para los de Tyronn Lue, como es el de repetir esa remontada de 3-1 y añadir a la gesta el hacerlo desde un 3-0.

Esta vez sí jugará Green

Un encontronazo con LeBron James en el cuarto partido de 2016, saldado con triunfo para los Warriors (3-1), supuso una sanción para Draymond Green, que se perdería el quinto partido. Allí, su ausencia, unida a la baja de Andrew Bogut, que se rompió tras siete minutos en pista, empezó el principio del fin para Golden State.

Steve Kerr

Los playoffs 2016 contaron siempre con la presencia de Kerr en la banda. Sin embargo,  las Finales de 2017 han supuesto su vuelta a los banquillos tras unas eliminatorias previas donde se tuvo que ausentar por problemas de salud. Mike Brown, asistente, ha estado al frente de la nave de los Warriors, que no han visto la baja de Kerr como un problema, llegando invictos a las Finales.

Un Curry más completo

Si vamos a la comparativa de los cuatro primeros partidos de 2016 y los cuatro primeros de 2017, encontraremos un Stephen Curry mejor en cuanto a números se refiere. Y lo es justo en el momento en que los focos mediáticos se han relajado un poco alrededor de su figura. En 2016, inmerso el mundo en la locura de Curry, el anotador firmó entre los cuatro primeros partidos de las Finales 21,5 puntos, 5 rebotes y 4,7 asistencias de promedio. En las Finales de 2017 ha elevado todo eso de manera considerable,  primer triple-doble en una serie final incluido. Curry regresa a casa para el quinto choque con 25 tantos, 8,5 rebotes (igual que Durant) y 9,2 asistencias de media. Casi en baremos de triple-doble.

La pareja LeBron e Irving sigue siendo letal

Nada ha cambiado en Cleveland respecto al impacto de este dúo. Decisivos el año pasado para llevar las Finales hasta el Game 7 y decisivos igualmente en esa noche para la leyenda, en 2017 no han aflojado el ritmo. Irving se convirtió durante el cuarto partido en el tercer jugador en activo de la NBA en llegar a los 40 puntos en más de una ocasión en las Finales. Y LeBron, con nueve triples-dobles en 44 partidos y 3/4 en estas Finales, es ya el líder de este apartado en todo el relato de la NBA, construido desde 1947 y que vivirá este lunes un nuevo capítulo.


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